Sunday, September 24, 2017
TIEMPO DE SETAS- art. Diario de Tarrasa
TIEMPO DE SETAS.
Los expertos en setas, pueden ir
al bosque todo el año, para recoger
especies, poco conocidas para el público, en general, pero muy apreciadas en
los círculos gastronómicos. Hoy no me voy a referir a estas setas, un poco
“raras”, sino a las que conoce todo el mundo, o creen conocerlas.
Años atrás, la temporada de setas
era una bendición para todo el mundo rural, puesto que ofrecía un buen
entretenimiento, y al mismo tiempo una buena vía, para ingresar unos miles de
euros, libres de impuestos. Con ellos, se resolvían problemas de averías en
coches, mejoras en la vivienda, pago de estudios para los hijos, compra de
electrodomésticos, etc. Los buenos conocedores de les bosques más cercanos,
sabían el momento oportuno para salir a buscar setas, y tenían alguna tienda o
mayorista para venderlas.
Pero, este panorama ha cambiado
de forma radical en los últimos años. La popularidad de algunos programas de
televisión, unido al deseo de salir de las ciudades para disfrutar del campo,
ha convertido lo que era una bendición, en una especie de marabunta
destructora.
Justo en este momento empieza la temporada
de setas. Entendiendo por setas, las más populares , conocidas y mostradas en
múltiples programas de televisión o en periódicos y revistas, de forma que todo
el mundo se considera capaz de salir de casa, y volver con varios quilos. Los
famosos “rovellons”, “llenegues”, “ceps”, “camagrocs”, “fredolics”, son
buscados, por doquier, i nada impide a los buscadores – recolectores, entrar en
casas, prados y cercados, creyendo que todo el monte, les pertenece.
Poco a poco, muchos de los
habitantes de ciudad, venidos de pequeños pueblos han perdido , la cultura
rural, y consideran que todo lo que crece en cualquier parte, puede ser objeto
de recolección y apropiación . Tenemos un problema mayúsculo que se acrecienta,
año tras año, hasta el punto de convertirse en una plaga.
Y es que antes, se iba a recoger
setas, dos o tres días a la semana, pero ahora se pueden encontrar
“boletaires”, todos los días, en todas partes. El bosque no tiene tiempo de
regenerarse ni adaptarse a tal acumulación de personas y vehículos. Además,
muchos creen que donde crece la hierba, es un lugar ideal para aparcar
olvidando que hierba pisada, no es comida por las vacas u otras especias que
pacen en estos prados. Hay que avisar, repetir i enfadarse continuamente con
conductores que dejan su vehículo en medio de un prado, creyendo tener todo el
derecho del mundo, en hacerlo.
Otros prefieren cortar el hilo
eléctrico que delimita los cercados para el ganado, con el consiguiente peligro
de que salgan, vayan a otras fincas, o peor todavía, invadan caminos y
carreteras, donde pueden causar accidentes. Los problemas para payeses y
ganaderos son realmente enormes. Y pueden ser peores como cuando se dejan
envases de plástico, que pueden ser comidos por terneros o vacas, y morir
asfixiados por haber quedado el envase, en el esófago.
La temporada de setas, que justo
ahora empieza, suele terminar a finales de noviembre o principios de diciembre,
en función del tiempo. Este sí, es un producto totalmente ligado a la
climatología de forma que nunca podemos asegurar cómo será, un año en concreto.
Pero, lo que hay que pedir a los “boletaires”, poco expertos, es recoger sólo
las setas que estén seguros sean comestibles, pero sobretodo respetar los
bosques, el medio natural y rural, como si fuera propio. Que a final de
temporada no tengamos que salir a recoger toneladas de basura, esparcida por
doquier, como ocurre en estos momentos.
Hay que promover potentes
campañas de concienciación y protección para que la temporada de setas, vuelva
a ser una bendición y no una perdición, como es ahora, para la mayoría de
habitantes del mundo rural.