Tuesday, October 14, 2025
LAS REALIDADES DE LOS GOBIERNOS DEL PP - art. El Obrero digital
LAS REALIDADES DE LOS GOBIERNOS DEL PP.
Cada partido tiene su “marca de la casa”. Unos, la llamarán ideología, otros objetivos de futuro, otros luchas contra los poderosos, etc. Al final, si se llega a gobernar, la realidad se impone y por mucha ideología que se quiera aplicar, se acaba tocando de pies en el suelo. Lo contrario, lleva al desastre total.
Pues bien, la “marca de la casa” del PP, es una mediocre composición de sus consejos ejecutivos, del partido y de los gobiernos que disponen. Hay una cierta lógica en esta dificultad para proveer puestos y cargos, por ser todos “provisionales”, a expensas de futuros resultados electorales, y cuesta mucho dejar un trabajo bien remunerado en la esfera privada, para saltar a la pública. Si no hay auténtica vocación de servicio, los que acaban aceptando los cargos, no son precisamente los mejor preparados.
Es así como vemos en puestos relevantes, tanto en las presidencias como en los departamentos y consejerías a personas que en el ámbito privado no superarían el nivel de cargos intermedios. Nunca, los superiores. Queda claro pues, que con estos mimbres es difícil pensar en grandes y ambiciosos objetivos. No nos extrañe la amplia y generalizada mediocridad de las acciones y actuaciones del PP, en ayuntamientos, diputaciones, y gobiernos regionales.
Y si esto sucede en los ámbitos de gobierno, similar situación vemos en la composición de los órganos parlamentarios de mayor relieve: Congreso y Senado. Resulta penoso observar las evoluciones y discursos de sus portavoces, en las dos Cámaras, pero lo mismo podemos decir de los que los ostentan en las comisiones. Hay una total falta de altura de miras, sentido de país i de Estado, con una sola y única obsesión: atacar al gobierno, por tierra, mar y aire, y sobre todo a Pedro Sánchez, venga o no, a cuento.
Pero claro, la realidad es dura y sobre todo insistente. Si repasamos en pocos minutos lo visto y hecho en algunas de sus principales autonomías, el resultado es claro: mediocridad e incapacidad para gestionar con rapidez y eficacia. Lo vimos durante la pandemia en Madrid, con la desastrosa y dolorosa gestión de las residencias de mayores. Da una inmensa rabia pensar en la soledad, miedo y abandono de miles de usuarios, tratados con una increíble falta de humanidad.
Pero es que si estudiamos, región por región, podemos hacer un recorrido por una serie de desastrosas gestiones de todas las calamidades que han caído en España. Sea por incendios, por inundaciones o por otros fenómenos meteorológicos. El más terrible fue la Dana de Valencia, con 229 muertos, donde pudimos asistir a todo lo que un responsable político no puede ni debe hacer: estar desaparecido durante horas, y dejar las responsabilidades en personas absolutamente inadecuadas.
Y con todo a la vista, salen en Andalucía miles de casos de mujeres, abandonadas a su suerte por un deficiente, perdón, desastrosa actuación de su Departamento de Sanidad. ¿Cómo es posible tanta desidia, tanta ineptitud? La explicación es el abandono de las políticas públicas para beneficiar a las empresas privadas. Este es un principio típico de los partidos de derechas, y lógicamente del PP. Cuanto menos destinas a lo público, más necesidad de que los ciudadanos tengan que ir a los servicios privados. Y esto ocurre en Sanidad, pero lógicamente también en Educación, en Servicios Sociales, etc.
En resumen, si alguien quiere evaluar la gestión que mire y compare la que llevan a cabo los gobiernos del PP, con los que no lo son. Y que aproveche para estudiar la que existía antes de la llegada del PP y la que se lleva a cabo, ahora.
A nadie le extrañe que vayan saliendo encuestas en las que la valoración de los ejecutivos del PP cae en picado y van remontando las expectativas del PSOE, de cara al relevo. Y francamente si no cambian de portavoces en Congreso y Senado, no hay ninguna opción de ver a Núñez Feijóo en la Moncloa. Tiempo al tiempo.