Monday, August 25, 2025

 

CONTRA EL FUEGO, TODOS A UNA !!! - art. El Obrero digital

CONTRA EL FUEGO, TODOS A UNA. Sin ánimos de dar lecciones a nadie, me permito simplemente informar sobre las acciones y actuaciones, llevadas a cabo en Cataluña, a raíz de un año especialmente virulento y complicado, a nivel de incendios. Me refiero al año 1986, en que padecimos 563 incendios, de más o menos gravedad que en total, quemaron 65.811 hectáreas. Pero no solo hablamos de cifras sino también de espacios, especialmente sensibles. Veníamos ya de unos años con incrementos constantes, pero ese año fue fatídico. Y, a veces tienen que ocurrir desgracias muy duras para reaccionar y estudiar vías para evitar la frecuencia y la extensión de los incendios. Fue así como, a iniciativa del Gobierno de la Generalitat, con la colaboración y cooperación de centenares de ayuntamientos rurales, se creó el programa FOC VERD (fuego verde), con una dotación presupuestaria de 1.518 M de pesetas (9.123.359 Euro). Era una cantidad importante y permitió iniciar unas actuaciones, todavía vigentes, hoy día. El programa contenía diferentes ámbitos de actuación sobre el país, y muy especialmente sobre el territorio forestal, pero me voy a centrar en uno de los puntos que más rédito y buenos resultados ha dado: la creación de las ADF (Agrupaciones de Defensa Forestal). Con 500 M de pesetas, se inició un plan para dotar de material, preparación y formación, a centenares de pueblos que aportaron miles de voluntarios, para conformar grupos eficientes a la hora de prevenir, primero, y actuar, después. En mi caso concreto, vice-presidí, durante 15 años, una de las primeras: la Sobrepuny (nombre de una de las montañas del entorno). Fue la número 47. Luego, pasé a presidirla durante 20 años. El modelo de creación y funcionamiento fue similar en todas ellas. La historia empezaba por agruparnos 4, 5, 6 municipios, en base a conocimientos del territorio y existencia de bosques, caminos y pistas forestales comunes. La aportación de la Generalitat, sumada a otras municipales y de la Diputación de Barcelona, supuso el inicio de un largo camino que todavía hoy, 40 años después, vamos mejorando, modificando e innovando. De entrada, se empezó por disponer de un mínimo de instrumentos, utensilios y material básico: uniformes ignífugos, mochilas de 15/20 litros para rematar fuegos, palas, motosierras, hachas y otros elementos esenciales. Al mismo tiempo, confección de la planimetría exacta de cada territorio, con sus caminos, pistas forestales, ríos, rieras y torrentes, con sus pozas, aptas para cargar agua. Acto seguido, compra de emisoras fijas y portátiles para estar debidamente conectados, todos los grupos. A partir de aquí, cada ADF estudió las necesidades y disponibilidades para adquirir, conducir y mantener un parque móvil de vehículos, adecuados a los trabajos de prevención y extinción de incendios. Fue así como cada ADF, encargó adaptar vehículos, comprar remolques, autobombas, cisternas. En estos momentos, cada pueblo agrupado, dispone de al menos un vehículo autónomo, de mayor o menor carga, pero todo el territorio tiene siempre varios vehículos preparados para salir. Siempre cargados de combustible y agua para actuar. También los establecimientos turísticos, con importantes concentraciones de personas, como son los campings, disponen de una autobomba para poder actuar de forma inmediata, a la espera de que lleguen los refuerzos pedidos. Con el paso de los años, tanto el material móvil como el equipamiento personal, se ha ido adaptando, a nuevas medidas de seguridad. Las ADF están formadas por los equipos municipales, propietarios forestales, cazadores y voluntarios, en general. Todos deben pasar una revisión médica, que permite decidir si pueden llevar el distintivo verde, que permite actuar en primera línea de fuego, o el amarillo destinado a los que se ocupan de organización e intendencia. Ahora mismo mi destino, por cuestión de edad, es la de intendencia, tan importante como la de primera línea porque poco tiempo pueden resistir bomberos y voluntarios de ADF, si no les llega comida y bebida de forma puntual y permanente mientras dura el combate. El incremento de peligrosidad, ha motivado una muy estricta regulación para actuar contra cualquier incendio. Nadie puede actuar, sino está encuadrado en una ADF, y dispone de su correspondiente carnet. Sin el equipo adecuado y la identificación, los Mossos d’Esquadra o los Guardas rurales, no permitirán el acceso a zonas de peligro. Contra el fuego no cabe la improvisación ni la falta de formación. Estos días hemos visto personas actuando en primera línea sin vestimenta adecuada ni utensilios efectivos. Hay que ser realistas y evitar peligros que pueden complicar, aún más las tareas de extinción. Estar encuadrado en una ADF, supone haber pasado cursos y ejercicios prácticos, y además estar cubierto por un seguro que aporta la Generalitat. Queda claro que las ADF están formadas por voluntarios, convertidos en auxiliares de los bomberos, en todo momento y lugar. No reciben ninguna contraprestación económica ni de otro tipo. Son personas del territorio, implicadas en su protección y defensa. Nada más y nada menos, y puedo dar fe que han actuado en miles de casos, evitando que pequeños conatos se convirtieran en incendios. Actualmente, existen 307 ADF, que agrupan 669 municipios (Cataluña tiene un total de 947) y cubren un 87% de la superficie forestal. En total, superamos ligeramente, los 6.000 efectivos También, con todas las partes implicadas, se propone y se financia la instalación de depósitos de agua, al aire libre, para cargar helicópteros, o camiones cisterna de bomberos o ADF. Y, en los últimos años se ha procedido a colocar hidrantes, en determinados puntos de las redes de suministro de agua, donde se pueda cargar agua, sin depender del caudal de ríos o torrentes. Dicho esto, quiero exponer que la Generalitat catalana dispone de uno de los mejores cuerpos de Bomberos de España e incluso de la UE. El actual cuerpo de bomberos nació en agosto de 1982, asumiendo la Generalitat los cuerpos provinciales, creados por las cuatro diputaciones, en 1969. Actualmente dispone de 2.811 efectivos (Barcelona – capital, a parte, porque dispone de su propio cuerpo), repartidos en 145 parques. Todos ellos muy bien equipados y altamente profesionalizados. Por supuesto se accede por convocatorias públicas, con pruebas y exámenes muy duros. Su actividad es frenética todo el año puesto que supervisan, controlan, disponen y proponen las acciones indispensables para poder actuar, en todo momento y lugar. Pero es que una de las principales actividades cuando no están apagando incendios, es su colaboración en accidentes de tráfico, en extracción de personas de sus vehículos. O rescatar personas en accidentes de montaña, etc. En resumen, es incomprensible como determinadas CCAA no disponen de cuerpos de bomberos profesionales todo el año, debidamente preparados , formados y sobre todo bien equipados. Y lógicamente, debidamente remunerados. Estos días hemos podido ver y comprender la rabia e indignación por la falta de medios para atacar los virulentos incendios en multitud de lugares de España. Si en Cataluña, aprendimos la lección, a raíz de los incendios de 1986, quizás ha llegado la hora de que hagan lo mismo, en los territorios donde no hemos visto ni coordinación ni colaboración entre todas las partes afectadas. El fuego no entiende de competencias ni política, pero queda claro que o nos unimos todos, o las consecuencias serán cada vez más catastróficas.





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