Tuesday, March 25, 2025
EL PP Y LOS IDIOMAS - art. El Obrero digital
EL PP Y LOS IDIOMAS.
Debería ser cosa del pasado, no dominar al menos dos o tres idiomas, además del español. Acabo de llegar de una de mis periódicas visitas a Suiza, mi segunda patria, al menos a nivel afectivo, por haber residido como trabajador y estudiante en su capital (Berna) durante siete años. Fue allí donde ejercí de profesor de español, para una red de Academias de idiomas, y donde me contrataron para escribir tres de los libros de texto, para ser utilizados en todo el mundo, durante cerca de veinte años.
Nada mejor para los refractarios a la enseñanza de idiomas , ver y comprender las facilidades de los niños para aprender varios idiomas y así conseguir progresar en la vida, vayas donde vayas a trabajar, viajar o pasar tus vacaciones. Las lenguas, dan una libertad y una seguridad imposibles de conseguir, si dependes de algún artilugio para traducir. Y nadie piense en un posible colapso intelectual, por introducir una o dos lenguas más, en el panorama habitual.
Para un suizo medio, comprender, hablar y/o dominar tres o cuatro idiomas, es algo normal. Es como funciona el país, desde hace siglos. Tienen cuatro lenguas nacionales: francés, alemán, italiano y reto-romano, de las cuales las tres primeras son oficiales. Solo el reto-romano, no lo es por ser hablado por un escaso, uno por ciento de la población. Así pues, es lógico y normal conocer los tres, y por supuesto dominar el inglés como lengua “oficial – universal”. Tampoco es raro encontrar a alumnos que estudien chino o japonés, a la vista del interés de muchas empresas, por negociar con estos países. Muchos institutos del país, lo tienen en sus asignaturas optativas, junto al ruso.
Perdonen este largo prólogo para llegar al motivo del título del artículo, motivado por la noticia de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, se fue a Londres a impartir un encendido discurso, a favor del liberalismo radical, en el foro Margaret Thatcher, y lo tuvo que hacer en español, por falta de conocimiento del inglés. Tuve que leer dos veces la noticia para creer lo que exponían diversos medios de comunicación. Increíble, penoso y una falta total de sensibilidad y formación. No sé quién la convenció para semejante reto, pero en cualquier otro país, no se lo habrían aconsejado.
De entrada, que un político en ejercicio, más o menos joven, no puede alegar dificultades, falta de tiempo o desinterés, en hablar el idioma político por excelencia. Es que no se puede ir por Europa sin dominar el inglés, por muy español que se sea. Y si además de expresarse en español, se domina el francés y el inglés, mucho mejor. Y si se ha tenido interés en aprender el alemán, todavía dará mejor imagen, como persona viajada, leída y comprometida con la realidad de la UE y del mundo mundial.
Es que no puedo comprender ni la falta de capacidad lingüística por parte de Núñez Feijoo que debe ir de pareja con un intérprete, a todas partes, ni la de Díaz Ayuso, con iguales incapacidades. Tanto el uno como la otra han tenido años, muchos años, para dedicar unas horas a la semana a aprender, como mínimo el inglés, y teniendo el español como lengua materna e incluso el gallego, aprender el francés es cosa de niños, por lo fácil y rápido. En fin, personalmente, tuve claro que además del catalán y castellano, era lógico en aquellos años de juventud, aprender el francés y a continuación el inglés. Y junto con éste, el ruso como idioma de futuro. Y ya en Suiza, lógico estudiar el alemán e italiano.
Para un político, debería ser obligatorio dominar dos o tres idiomas, aparte del materno. No solo por lo práctico de poder hablar de tú a tú, con todo el mundo, sino también para dar ejemplo a las nuevas generaciones. Poder leer, escuchar, hablar con otros en su idioma materno, es de una importancia capital.
Y francamente si no se han hecho los deberes cuando tocaba, siempre se puede corregir la trayectoria y tomar clases particulares. Con buenos profesores y buenos métodos, en pocos meses se puede llegar al objetivo. Y si no hay voluntad, por lo menos no entorpecer los esfuerzos y anhelos de aquellos territorios que tienen dos lenguas propias, que hay que proteger y animar a que sean habladas, leídas y escritas por todos sus habitantes.
Dicho esto, recomendaría a los dirigentes populares no salir al extranjero si no pueden dirigirse a sus oyentes en su lengua, sobre todo si se trata del inglés. Es que el ridículo es fenomenal y ya estamos cansados de pasar vergüenza ajena. Ánimos, pues, vayan a clase. Todavía están a tiempo de corregir sus deficiencias.