Monday, January 06, 2025

 

MADRID VS BARCELONA- ¿CUÁL CRECE MÁS DEPRISA ? - art. El Obrero digital

MADRID VS BARCELONA. ¿CUÁL CRECE MÁS DEPRISA ? Lejanos quedan los días en que nos peleábamos por discutir cuál de las dos ciudades crecía más rápidamente y si una, había ya superado, a la otra. Con los años, habiendo viajado y trabajado en diversas instituciones municipales y nacionales, me ha quedado muy clara la apuesta por la calidad, antes que la cantidad. Con doce años de concejal de gobierno en un hombro y veintiocho de alcalde, en el otro, compaginando, quince de diputado en el Parlamento de Cataluña, tengo claro que las apuestas políticas hay que centrarlas en las buenas infraestructuras, equipamientos y servicios a las personas. Y para ello, es más fácil adaptarlos en municipios pequeños que en grandes ciudades. Escribo este prólogo, a la vista de diversos anuncios, en algunos medios especializados en demografía, según los cuales Madrid puede convertirse en la mayor ciudad, de los países del centro y sur de Europa, con prospecciones que en algunos casos llegan a los doce millones de habitantes. Si alguien cree que éste ha de ser su futuro, prefiero sinceramente dar la antigua batalla, por perdida. De hecho, hace años se perdió como puede verse en las cifras del padrón municipal. Si observamos los padrones, en enero de 2024, Madrid tenía 3.339.931 habitantes, por el contrario Barcelona, tenía 1.702.814. A nivel de territorio, la Comunidad de Madrid, tenía 7.056.184, por los 8.067.454 de Cataluña. Las dos crecen a un elevado ritmo, demostrando que en poco tiempo van a desplazar a Andalucía de la primera posición, a nivel regional. No entro en la composición y cifra total de habitantes del área metropolitana de Barcelona que supera la de Madrid – capital, pero está compuesta por 36 municipios. Madrid tiene fácil su crecimiento, imposible en el caso de Barcelona que ya ha ocupado prácticamente toda la superficie disponible. Ahora bien, las ansias de crecimiento van por barrios, es decir por partidos y sectores muy concretos, cada vez más alejados de los deseos de los ciudadanos que no ven en el crecimiento, mayor calidad de vida, muy al contrario. Este crecimiento, y más al ritmo que se produce, conllevan graves consecuencias para la vida cotidiana. No solo en temas ligados a la vivienda, sino en todos los aspectos de la vida, en general. Estamos, pues, ante dos modelos muy diferentes de cómo plantear el futuro de su ciudad. Collboni (PSC), en Barcelona, Martínez Almeida (PP), en Madrid. Puedo asegurar que para Barcelona, el crecimiento por el crecimiento, se ha borrado de sus planes programáticos. Ahora, toca apostar por la calidad y por encontrar ámbitos sectoriales, de prestigio y futuro, para atraerlos a la capital. Frenar los efectos negativos de nuevas realidades que han complicado, y mucho, temas relevantes como el de la vivienda. De aquí, la decisión de atacar los negativos efectos de los pisos turísticos, y al mismo tiempo, fomentar la construcción en los solares disponibles, de vivienda destinada a alquiler asequible. En el caso de Barcelona, y a falta de más espacio disponible, toca ampliar competencias del AMB (Área Metropolitana de Barcelona) para resolver, entre todos, lo que realmente afecta al conjunto, como es el caso de la vivienda, sí, pero también el de la movilidad sostenible, las infraestructuras, equipamientos y servicios. Es decir, planificar la Gran Barcelona, pero manteniendo y preservando las singularidades de los 36 municipios que conforman esta gran área urbana. Con todo, no se ve ninguna carrera para crecer y crecer a toda costa. Al contrario, se pretende frenar algún desarrollo urbanístico, conscientes de su posible necesidad futura para otros menesteres que los de la construcción. Cada vez más, se necesitan grandes espacios verdes para disfrute del conjunto, sin necesidad de huir lejos, para encontrar el contacto con la naturaleza. Estamos pues, en otra liga, en otros parámetros, diferentes de los que vemos en Madrid – capital. La concentración de demasiados organismos e instituciones, favorece este desaforado crecimiento y si hubiera un cierto espíritu crítico, en el conjunto, alguien debería pensar en lo positivo que resultaría la descentralización y desconcentración de poderes políticos y económicos. Y no solo pienso en Madrid – Barcelona, sino en unas cuantas otras capitales que podrían acoger equipamientos y servicios de carácter nacional. Algún día, se verá como indispensable, e incluso urgente. De momento, quede claro que hay unos que van por la cantidad y otros por la calidad.





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