Tuesday, November 05, 2024
JUNTS, DESPUÉS DE SU CONGRESO - art. El Obrero digital
JUNTS, DESPUÉ S DE SU CONGRESO.
Un poco de maquillaje, algunos retoques y mucha indefinición sobre su presente y futuro para no abrir heridas ni dar pistas sobre decisiones, que tarde o temprano tendrán que tomar. Así, pues, pelota hacia delante y mucha propaganda. Promesas de embates verbales, que ya sabemos acaban en nada o en precipitadas huidas hacia países propicios, a acogerlos.
La pequeña o gran incógnita estaba en si Puigdemont, finalmente ejercería de presidente real, o mantendría el puesto de ayatolá, en Waterloo. Ha aceptado el cargo, para poder apartar a Laura Borrás que molestaba a todos, o casi todos. Le han dado un puesto honorífico en la Fundación del partido. Un lugar donde no moleste y no les haga daño con su insistente y persistente reclamación de ser amnistiada, a pesar de haber sido condenada por corrupción. Ella alega que si no hubiera sido una pieza importante del independentismo, su caso no habría llegado a los tribunales. En fin, cada uno defiende lo que le interesa, no lo que importa al pueblo catalán.
Volviendo al Congreso, el cargo de secretario general ha recaído en Jordi Turull, que ya lo ostentaba. Así pues, se mantiene el tándem: Puigdemont – Turull, con pocos cambios en el resto de puestos de dirección. Aquí, figura también otro dirigente del proceso: Josep Rull, presidente del Parlamento que para mantener cargo, dejó claro que “haría lo que hiciera falta para alcanzar la independencia”. En fin, otra proclama que ya escuchamos años atrás, antes que todos huyeran en desbandada, después de proclamar la república catalana, más breve de la historia (ocho segundos).
¿Qué nos espera? No muchas novedades porque hay un cierto retorno a la realidad, o a la normalidad. No se puso a votación la continuidad de la política en Madrid. Es decir, nadie propuso desestabilizar al Gobierno Sánchez. Continuarán con sus amenazas y sus proclamas, para la parroquia, pero es impensable provocar una crisis que hiciera caer al Gobierno. En cuanto a su estrategia en Cataluña, es la de continuar presentando ERC como un partido poco fiable y poco defensor del país. Son ellos, los auténticos “salvadores de la patria”. Quien siga las sesiones en el Parlament, podrá ver mucha pólvora, pero muy poca munición real, en sus proclamas.
De cara al futuro, no lo tiene fácil. Presentar las mismas caras, siete años después de la crisis del proceso, no parece una buena idea. Son muchos centenares de miles, los catalanes que han desertado del independentismo. Demasiados engaños y falsedades como para mantenerse fiel a unas ideas y propuestas que fracasaron estrepitosamente. Y, si alguien tiene alguna duda que mire los resultados electorales de los últimos años. No es un toque de alerta, es una deriva constante y sangrante, en cada elección. Es que en algunos casos, la pérdida de votos se cuenta por centenares de miles. El ejemplo más impactante es en las elecciones europeas cuando obtuvo 1.018.435 (2019), y solo 443,275, este año (2024).
Si miramos censo electoral, muy cercano a los 5,4 millones, Junts se mueve entre los 400 y los 700 mil, como máximo. Está muy lejos de ser el partido central, de Cataluña. Y, conscientes de ello, en este Congreso ya han dejado claro que quieren sumar a los independentistas, todos aquellos catalanistas que estén de acuerdo en reforzar las competencias y financiación de la Generalitat. Pero claro, una cosa es reforzar la autonomía, y otra muy distinta apostar por una independencia que supondría, no solo romper con España, sino también salir de la Unión Europea, en un momento en que ésta quiera ampliarse hacia otros países que anhelan poden entrar ( Ucrania, Moldavia, Albania, Georgia…).
Son tantas las contradicciones que su futuro se presenta muy complicado. Y estas complicaciones hacen temer una deserción notable, por parte de alcaldes y concejales que ven acercarse las próximas elecciones municipales (2027) sin haber obtenido ninguna ventaja de tantos embates y propuestas innovadoras.
Y, francamente, pensar en una mejora electoral, teniendo al frente el mismo tándem que protagonizó el proceso independentista, supone no haber comprendido la frustración y la indignación de centenares de miles de catalanes, engañados por ellos. A veces, los partidos viven en una burbuja que no les permite ver la realidad. Junts, es un ejemplo claro de esta anomalía.