Monday, September 02, 2024

 

VALLE DE ARAN, UN PAÍS DENTRO DE OTRO - art. El Obrero digital

VALLE DE ARAN, UN PAÍS, DENTRO DE OTRO. Para muchos ,mentar el nombre de Valle de Aran (Val d’Aran), les lleva a recordar imágenes de pequeños pueblos, situados en los sitios más inverosímiles de su accidentado territorio, con los tejados de las casas con fuertes pendientes para evitar la acumulación de nieve, en los largos inviernos y por supuesto algunos nombres de sus estaciones de esquí. Para otros, los recuerdos irán hacia su rico patrimonio cultural y arquitectónico con docenas de iglesias que han resistido, como en ningún otro lugar, el paso de los siglos. Sí, sí, aquí hablamos de siglos, en casi todo. Acabo de llegar de mi segunda estancia en el Valle, en los últimos ocho años. En la anterior quería descubrir el Valle, su organización, cultura, idiosincrasia, así como su secular independencia a presiones i alteraciones de sus usos y costumbres. En pleno proceso independentista, me sorprendió su inmunidad a aventuras y rupturas de la legalidad. Ni se previeron ni se produjeron. Cuando todo el territorio “catalán” estaba lleno de banderas esteladas, lazos amarillos y pancartas por todas partes, el Val d’Aran, seguía cumpliendo la ley de símbolos y banderas con total pulcritud. Tampoco consiguieron modificar el funcionamiento de las instituciones, las cuales siguieron gestionando sus competencias sin aceptar intrusiones ni modificaciones. Si alguien pretendía llevar Cataluña, hacia una Ítaca desconocida, no habría contado con la participación del Conselh Generau d’Aran, su máxima institución. Pues bien, si aquella visita me abrió los ojos a una realidad, conocida solo en parte, a través de libros y documentales, hay que verla y vivirla para comprender sus fundamentos históricos, traspasados de padres a hijos, hasta el día de hoy. Hay pocos ejemplos de una resistencia y persistencia tan larga, intensa y extensa como ésta. Doy solo unos pocos datos para los que no tengan anteriores referencias. Val d’Aran, tiene 633,6 km2, 10.372 habitantes (2022), repartidos en 33 pueblos. Su capital es Vielha (Viella) con 3.628 h (2023). Su organización social y política se remonta a la Edad Media, respetando usos y costumbres, como para que todos los habitantes y territorios del Valle se sientan representados. Actualmente, se rige por la Ley 16/1990 de 13 de julio, que expone las competencias del Régimen Especial del Valle de Aran. El presupuesto para este año 2024, es de 44.057.000 euros. La Síndica, máxima autoridad, es María Vergés. El territorio tiene lengua propia: el aranés, cooficial con el catalán y el castellano. Lo que más impacta, es constatar como un pequeño valle, es capaz de autogobernarse en todos los servicios básicos esenciales. Entre sus competencias se encuentran : Sanidad, Servicios sociales, turismo, protección, mantenimiento y administración de su patrimonio histórico y turístico, protección de la naturaleza, montaña y vías forestales, agricultura, ganado, pesca, caza y aprovechamientos forestales, salvamento y extinción de incendios, juventud, ocio y tiempo libre, deportes, medio ambiente, recogida y tratamiento residuos sólidos, salubridad pública, carreteras locales, transporte interior de viajeros y artesanía. Si releemos las competencias, veremos que son todas las que los habitantes pueden necesitar en su día a día. Es lógico y práctico, vista su situación geográfica, pero no habrían llegado a nuestros días si no hubieran demostrado su agilidad y eficacia. En mi visita a una quincena de pueblos, he podido comprobar su perfecto y adecuado mantenimiento, con equipos municipales bien preparados y formados, además de dotados con toda la maquinaria necesaria. Pequeños detalles como papeleras debidamente vaciadas, bancos en perfecto estado, dispensadores de bolsas para recoger excrementos de perros, jardines al día, etc. Y sumados al esfuerzo público, una inmensa colaboración privada con casas, debidamente adornadas con múltiples flores. Mi intención de viajar a Suiza, se ha visto compensada con paisajes y vistas muy similares. Pero, a todo ello, quiero añadir la sensación de estar entre gente de “seny”. El factor que abandonaron las entidades y partidos independentistas. Uno de los días de mi estancia se celebró un acto militar, en recuerdo al destacamento de Montaña y Escalada que había existido en Viella (ahora todas las fuerzas, están ubicadas en Jaca). Pues bien, espléndido acto, presidido por un general de brigada, el alcalde de Viella, y numerosos representantes de las FFAA, entre las cuales la Guardia Civil, Policía Nacional, y el cuerpo de los Mossos d’Esquadra. Al final, del acto militar un Esbart (grupo de danza tradicional) ofreció tres bailes a la numerosa concurrencia. Aplausos, buen ambiente y anuncio de seguir celebrando este acto. En todas las sedes oficiales, ondean las banderas oficiales: española, catalana, europea y aranesa. Se defiende y protege el idioma propio, el aranés, sin estrategias raras ni por imposición. La mejor vía es hablarlo y animar a conocerlo y practicarlo. En resumen, quien no conozca esta realidad, le animo a ir y verla sobre el territorio. Es uno de los mejores ejemplos de cómo debe funcionar una institución al servicio de la gente. Y ya me daría por satisfecho, si al final del mandato de Salvador Illa, al frente de la Generalitat de Catalunya, hubiera conseguido similares resultados. Sin ruido, sin aspavientos ni rupturas de la legalidad. Simplemente con dedicación y buena gestión.





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