Monday, September 16, 2024

 

¿NO SOMOS TODOS SINGULARES ? - art. El Obrero digital

¿NO SOMOS TODOS SINGULARES? A raíz de la gran polémica sobre uno de los puntos del acuerdo PSC – ERC, para la investidura de Salvador Illa, el que hace referencia a un nuevo sistema de financiación, llamado por los primeros: “singular, justo y solidario”, por otros, “cupo catalán”, para otros es el “concierto catalán” con o sin llave de la “caja”, me permito alguna reflexión, después de 40 años gestionando y gobernando un municipio, e intervenir, durante cuatro legislaturas, en el Parlamento de Cataluña. En primer lugar, hay que tener muy en cuenta, la terminología “nacionalista”, para llegar a acuerdos y luego defenderlos. Un nacionalista, siempre, siempre, tiene que demostrar ser más relevante, importante, esencial y por supuesto “singular” que cualquier otro mortal. Les va la vida y la esencia en ello. Y mucho más, cuando se encuentran sometidos a una confrontación entre iguales. La guerra sin cuartel entre Junts y ERC, con ayuda a unos y otros, de las entidades independentistas (ANC y Ómnium) produce reacciones duras e imprevisibles. Estamos en ello. Si antes fue la guerra por el relato entorno a la Ley de amnistía, ahora estamos en la de la “financiación singular”. Junts pretende boicotear y echar por tierra toda propuesta que vaya a mejorar la financiación, porque no quieren que ERC se apunte el tanto. Hay, pues que menospreciar y atacar el acuerdo, vendiéndolo como otra triquiñuela que ha vendido Pedro Sánchez, en la que han caído unos pobres inocentes como ERC. Ante estos ataques, ERC reacciona con nerviosismo y preocupación. Tiene su Congreso a finales de noviembre y no se puede permitir ningún fracaso ni ninguna debilidad. Hay que exagerar presiones, reacciones y amenazas, ante cualquier incumplimiento. De aquí, la exigencia de una “financiación singular”, vendida como “concierto”. El temor de Junts, es que realmente el acuerdo prospere y se convierta en realidad, de aquí que hayan puesto otra exigencia. La de que sea “única”. Es decir, nadie más puede tener algo parecido. Muy propio de los nacionalismos más cerriles: somos singulares y únicos, nadie más se parece a nosotros, ni nunca nadie puede obtener lo que nosotros pedimos. Están en contra que otros puedan tener lo que ellos reivindican. Ni comen ni dejan comer. Muy propio del nacionalismo catalán, excluyente, individualista y egoísta. Nada nuevo en el horizonte, es la doctrina del más puro egocentrismo. Ahora bien, lo que sorprende, o no, es cómo ha acogido el PP esta propuesta y cómo la está deformando para sus fines más anti PSOE. Todo el teatro, convertido en vodevil, haría reír sino estuviéramos hablando de cosas serias. Convocatorias suntuarias, puestas en escena peliculera, grandes proclamaciones y grandes anuncios de catástrofes futuras, solo nos pueden llevar a pensar en que dentro de uno o dos años, la fórmula pactada en Cataluña, será extendida al resto de las CCAA, con grandes aplausos sobre su idoneidad y territorialidad. También lo harán los independentistas cuando tengan que asumir que se puede hablar de singularidad sin por ello cerrar la fórmula a otras singularidades. ¿No somos todos y cada uno de nosotros seres singulares? Incluso podemos añadir, únicos. Y no por ello, no someternos a unos derechos y deberes, iguales para todos. Se puede conjugar la singularidad y unicidad con la universalidad. Y lo que tengo claro es que el nuevo sistema tiene que premiar y castigar la buena o la mala gestión. He sido alcalde durante 28 años y he regido las finanzas municipales durante 40. El sistema de financiación, a pesar de que mi municipio era / es singular y único, ha tenido el mismo sistema que los otros 946 de Cataluña, o los 8.180 de España. Y sin embargo la gestión ha permitido actuar mucho mejor que otros, gracias a la austeridad, por un lado y a la eficacia por otro. Existen algunos premios i/o castigos a la buena gestión cuando se premia la mejor o peor recaudación de tributos, o ante la presión fiscal, etc. Pues bien, en el nuevo sistema de financiación de las CCAA, sean todos y cada uno “singulares”, hay que exigir seriedad y austeridad. Hay que penalizar las “alegrías presupuestarias “ de las CCAA que rebajan o anulan impuestos, tasas o recargos, para quedar bien, ante ciertos ámbitos o colectivos. Ahora, impera una nefasta situación en la que el Estado (el ogro) recauda, y las CCAA gastan i/o reparten. Hay desgaste para el Gobierno central, pero no para las CCAA que siempre pueden quejarse de no recibir suficiente. Esto se tiene que acabar. Si las entidades locales recaudan, también lo deben hacer las CCAA, y aquellas que perdonen impuestos, o gasten mal, tienen que recibir menos del Estado. Y tengo claro que el sistema propuesto en Cataluña, puede ser extendido al resto de España, con todas las singularidades que se quieran. Es que las hay. Solo informar que Cataluña tiene asumidas las competencias de seguridad, depositadas en los Mossos d’Esquadra (CME), y el sistema penitenciario. Con esto, ya queda clara su singularidad. Además de tener lengua y cultura propia, que también es patrimonio de todos, también facilita esta singularidad. Otra, será convertirse en la primera comunidad, a nivel de habitantes. Ahora, le separan medio millón de Andalucía, con una previsión de superarla en poco más de dos años. Esta alta concentración de población, también debe ser tenida en cuenta. En resumen, los que hemos seguido la política estos años, hemos visto como a cada cesión de financiación había augurios de ruptura y demolición del Estado. Ocurrió en tiempos de Felipe González y de Aznar. Pues bien, los terremotos pasaron y aquí estamos. También superaremos los temblores actuales. Bien pronto lo veremos.





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