Wednesday, August 07, 2024

 

NO CAMBIES DE LENGUA ! - art. El Obrero digital

¡NO CAMBIES DE LENGUA! Enfrascados en el “procés”, las entidades: ANC, Ómnium y con ellas los partidos independentistas, imaginaban que el idioma catalán iba, en paralelo, a sus reivindicaciones y aspiraciones. Incluso, se permitían prepotencias y juegos de palabras que hicieron mucho daño a la imagen del catalán como idioma inclusivo, no impositivo. Lemas como “un solo país, una sola lengua”, o “cuando seamos independientes exigiremos a todos el catalán”, destrozaron buena parte del camino hecho, para tener en el catalán, un amigo y no un adversario. Y, sin embargo, a todos nos interesa la defensa y protección del catalán. En el mundo existen unos 7.100 idiomas. Todos, son patrimonio de la humanidad y a todos nos incumbe su protección y pervivencia. Cada uno que se pierde, por pequeño que sea, supone perder un gran monumento como si se tratara de la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada o la Catedral de Burgos, a nivel mundial. Los datos de la última encuesta del IDESCAT (Instituto de estadística de Cataluña), de 2021, supusieron un auténtico baño de realidad, o choque brutal, para los independentistas al conocer que solo un 36,1% tenía el catalán, como lengua habitual. Muy por debajo del castellano que se acercaba al 48,2%. Las cifras concretas para la población de 2 años o más, por lengua inicial, eran de 4.4223.900, para el castellano, y de 3.056.700, para el catalán. Luego, existían muchas otras lenguas, siendo las más usuales el árabe, el francés, inglés, italiano, gallego, rumano, chino, etc. La reacción fue improvisada, rápida y caótica. En vez de estudiar, valorar y evaluar los motivos y circunstancias, no solo de los datos, sino de situaciones muy complejas como el muy bajo uso del catalán entre las jóvenes generaciones, se impuso una solución que se ha convertido en un nuevo problema:¡no cambies de lengua!. Es decir, cuando alguien se dirija a ti en castellano, no cambies tú al castellano, sino mantente en el catalán. Se parte de una premisa falsa o como mínimo, muy poco fiable. Muchos defensores de mantener el catalán, creen que la mayoría de sus interlocutores lo entienden pero no hacen ningún esfuerzo para hablarlo. Esto reduce su uso, y lleva, con los años, a su desaparición. Parten de la idea de exigir al otro, un esfuerzo que ellos no quieren hacer. Bueno, seguro se dan algunos casos, pero persistir en esta campaña, lleva al fracaso más absoluto. A la gente, no se le convence con exigencias o imposiciones, sino con argumentos y facilidades. Lo primero, habría que valorar, porqué años antes del proceso, los recién llegados veían el catalán con simpatía y ganas de aprenderlo y practicarlo, y porqué años después, las tornas han cambiado. ¿No será que alguien quiso imponerlo, bajo amenazas de exclusiones o expulsiones? ¿No será que amplios sectores de la sociedad catalana vieron en el proceso todo tipo de discriminaciones hacia aspectos culturales, sociales y folclóricos españoles, para imponer los catalanes? Lo digo y lo repito, el daño producido por el proceso ha sido inmenso e intenso, no solo a nivel político, económico, industrial y financiero, también a nivel cultural y lingüístico. De ello, nadie quiere dar cuenta, ni reconocerlo. Para los separatistas, independentistas o secesionistas, todo vale para impulsar la ruptura entre la “pérfida España” y Cataluña. El idioma, es un elemento clave en esta lucha, de aquí la pretendida imposición de una sola lengua, pero la realidad es fuerte, resistente y persistente, de forma que, a día de hoy, los independentistas han perdido otra de sus batallas, y ahora intentan recuperar el terreno perdido. Pero, de nuevo, con errores de bulto. Lo primero que hay que “vender”, es la importancia y el respeto para todas las lenguas y culturas. Las propias y las de los demás. Así, se empiezan las buenas relaciones, entre unas y otras. Luego, dejar claro que el castellano y el catalán son primos hermanos, con una gran facilidad para aprenderlas y practicarlas. Hay quien busca las diferencias, otros, buscamos las semejanzas. Es bien fácil pasar de libro a “llibre”, de papel a “paper”, de puerta a “porta”, de coche a “cotxe”, de pared a “paret”, y así, dos o tres mil palabras básicas como para en pocos meses, ser capaces de entender y poco después hablar en catalán. Yo, sí cambio de lengua, si veo que mi interlocutor no me entiende o tiene dificultades. A todos mis alumnos de castellano, les recomiendo aprender el catalán, en cuanto tengan tiempo porque les será fácil y porque aumentarán su propia cultura y podrán disfrutar de nuevas experiencias, en costumbres y tradiciones. No hay que hacer grandes proclamaciones ni apelaciones a los textos estatutarios. Son más útiles y prácticos los ejemplos cotidianos. Y cuando todo se hace con sentido común y sin imposiciones encuentra mejor solución. A muchos fanáticos, les cuesta entender la convivencia, como norma esencial de vida.





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