Wednesday, July 24, 2024

 

LA COBARDÍA POR BANDERA - art. El Obrero digital

LA COBARDÍA POR BANDERA. Hace pocos días, regresaron los fugitivos de la Justicia que se habían establecido en el Cantón de Ginebra (Suiza), una vez acogidos a los beneficios de la Ley de amnistía. Se cierra así, otro de los largos capítulos del “procès”. Quedan los últimos, con residencia en Bélgica: Puigdemont, Comín y Puig. Estos, no volverán hasta no haber probado y comprobado que no existe ningún resquicio legal para acabar detenidos. Todo muy épico, y estético, como pueden ver. Y, precisamente a la vista de estos últimos movimientos, es hora de mirar atrás y hacer balance de lo visto y hecho en el decenio independentista. Para unos, empezó en 2012, para otros un poco antes, pero se pudo dar por totalmente acabado en 2021 / 2022. Bien, para algunos todavía queda mecha para rato. Son los más radicales y fanáticos, pero son una muy insignificante parte del movimiento. Estos días, David Madí , el que fuera mano derecha de Artur Mas, en tanto que jefe de gabinete, está recorriendo medios de comunicación , para promocionar su reciente libro “Merecer la victoria”, una especie de justificación / explicación de los éxitos y fracasos del proceso. Increíble escuchar del supuesto “cerebro”, los prolegómenos seguidos, de acciones y actuaciones que denotan una ignorancia supina de la realidad de Cataluña, pero todavía más de la de España, Unión Europea, y Mundo mundial. Nadie se extrañe de la improvisación, de las mentiras, falsedades y engaños que pusieron en circulación el denominado “estado mayor del proceso”, donde había auténticos fanáticos, pagados con dinero público. La historia será muy dura con el proceso. Todavía hay que esperar unos años, no muchos, para conocer algunas interioridades que permanecen en secreto, por miedo a que su descubrimiento demuestre, todavía más, hasta qué punto fueron ignorantes, inconscientes y sobre todo, cobardes. Y éste, es uno de los factores esenciales del proceso. Quedó claro, queda claro que pretender hacer una revolución con mentalidad y vida burguesa, es imposible. La mayoría de los impulsores e ideólogos del proceso, provenían de la alta burguesía catalana, con buenos sueldos, vida confortable y amplio desconocimiento de la sociedad catalana en su conjunto. Creían poder hablar y representar a la Cataluña de su entorno, sin tener en cuenta que el país ha ido cambiando enormemente, pasando de los seis millones, a los ocho millones de habitantes. No quisieron ver, que, como mucho, podían representar a un máximo de dos millones que habían votado en la consulta del 9N de 2014, repetidos el 1-O de 2017, pero que han bajado a 1,4 millones en 2023 y ahora se han quedado en un único millón. Esta manía, esta voluntad de tomar la parte por el todo, les llevó a creerse cifras que inventaban los miembros de los grupos de apoyo y entidades vendidas a la causa como la ANC (Asamblea Nacional de Catalunya) y Ómnium cultural (una entidad supuestamente cultural que de hecho ejerce de partido). Cada año, se falsearon las cifras de participación, en todo tipo de movilizaciones, especialmente las de la fiesta nacional, del 11 de septiembre. Aquí, se puso en la de 2012, la primera del proceso, una cifra de 1,5 millones de participantes. La mayor de la historia, cabían 5 o 6 manifestantes por metro cuadrado, algo nunca visto, en el mundo mundial. Y si en la de 2012 había 1,5, era lógico llegar a los 2 millones, en la siguiente…en fin, aquí empezó la apoteosis, o borrachera de creer que todos los catalanes éramos independentistas. Si, además, la televisión del “régimen” (TV3) y sus adláteres, lo bendecían, todo quedaba conjuntado y arreglado. He seguido las cifras por parte de algunas entidades serias, y ha quedado claro que en Cataluña, nunca ha habido ninguna manifestación que haya llegado al millón de participantes. Nunca. La Vía Catalana de 2013, consistente en hacer una cadena humana de 400 km, desde la frontera francesa, hasta el límite con la Comunidad Valenciana, llegó a cerca de 800.000. Fue la mayor, con fotos de todos los tramos, de manera que un grupo de la Universidad de Barcelona, los contó y echó por el suelo, las cifras duplicadas de los organizadores. En fin, el proceso está lleno de estas curiosidades. Pero volviendo al principio. Lo que más sorprendió y más indignación ha producido a todos los que no comulgamos con el proceso, fue, mejor dicho ha sido, la enorme cobardía, de todos los impulsores e ideólogos. En vez de hacer frente a las responsabilidades, la reacción fue huir del país, unos a Bélgica, otros a Suiza. Una reacción infantil, impropia de personas adultas, y aún más de representantes políticos. Un pésimo ejemplo para los catalanes, sí, pero un ridículo a nivel español y universal. Y hemos caminado por múltiples casos de inconsciencia, ignorancia y finalmente de ridículo ante acciones y reacciones que un político de nivel medio debería saber y conocer. Al día siguiente de proclamar la “república catalana “, más breve de la historia mundial (para unos duró 6 segundos, para otros 8), decidieron dispersarse, en vez de acudir a sus puestos, y esperar la reacción de la Justicia, Pues, no, la respuesta: salir corriendo. Y, al final la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que tardó demasiado en aplicarse (otra muestra de la penosa actuación del gobierno Rajoy), depuso a todo el primer nivel del gobierno catalán, y bajo la administración directa del Estado, los 114 altos cargos que se mantuvieron, continuaron sus labores con total normalidad. Ni uno solo dimitió ni se puso en contra. Luego, han venido multitud de embates, críticas y ataques verbales a todo lo llevado a cabo por el gobierno central y los tribunales, pero queda para la historia, la inmensa inconsciencia de un movimiento que produjo daños inmensos, y que ha tenido a la cobardía por bandera. No ha habido épica, solo engaños y pérdidas para todos. La historia dejará las cosas en su justo lugar.





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