Tuesday, April 02, 2024

 

INFANTILISMO INDEPENDENTISTA - art. El Obrero digital

INFANTILISMO INDEPENDENTISTA. Uno de los grandes consejos y principios seguidos por el Presidente Terradellas, fue que en política, se podían hacer muchas cosas, pero nunca el ridículo. Si ahora estuviera entre nosotros, añadiría algunos otros consejos y preceptos como el de no insultar ,ni mentir, ir adecuadamente vestido (uno de sus grandes principios) y comportarse como persona adulta, siempre y en todo lugar, dejando para los niños, el infantilismo. No es más que infantilismo, puro y duro, lo que vemos cada día en la lucha entre los partidos, grupos y grupúsculos independentistas. Produce una inmensa vergüenza ajena ver cómo reacciona uno, a la acción del otro. Si uno dice que ha tenido una reunión con mensajeros del PSOE, contesta inmediatamente el otro, que también ha hablado con ellos. Si uno en Ginebra, el otro en Madrid. Si uno pide “una financiación singular”, el otro asegura que le ha copiado la fórmula. Si uno reclama un referéndum, el otro asegura que ya está preparando otro. Y a los dos principales se van añadiendo otros que quieren su puesto al sol: Alianza catalana, con la alcaldesa de Ripoll (Gerona), o Clara Ponsatí, ex consejera y actual eurodiputada que ha roto relaciones con Puigdemont i Comín, por considerarlos “vendidos” al autonomismo, por sus negociaciones con el PSOE y el Gobierno central. Todos estos partidos a los que se suma la ANC (Asamblea Nacional de Cataluña) y Ómnium, una entidad, supuestamente cultural, pero que en realidad actúa como partido, coparticipan en toda esta batalla por el nuevo relato independentista. A la vista del rotundo fracaso obtenido, ahora pretenden vender que han aprendido del pasado, han comprobado la extrema cerrazón de España, para entender sus reivindicaciones, y ante la persecución y represión del Estado, en su conjunto, tomarán las medidas oportunas para que la próxima vez salga bien el embate. ¿De qué embate hablan? Es un embate confuso y difuso, pero que a grandes trazos consiste en organizar un nuevo referéndum, para salir de España, y obtener la tan ansiada libertad. ¿Hacia dónde? Da igual, mejor no dar más explicaciones para no hacer más el ridículo. Aquí nadie ha explicado si querrían permanecer en la UE, o ir a otra dimensión donde no fuera necesario tener ejército, ni moneda propia, ni vecinos molestos ni la miseria humana. Con los inmensos ingresos propios, fruto del trabajo y el sudor de todos los independentistas, sobraría dinero para cubrir de servicios, buenos servicios a todos los ciudadanos de esta nueva Cataluña, no en vano cifran en 20 o 25.000 millones el expolio fiscal de la pérfida España. Con tanto dinero podrían vivir a “cuerpo de rey”, en una especie de Arcadia feliz. Sí sí, ya sé que cuesta leer e imaginar que semejantes discursos puedan ser escuchados y creídos por una parte de la población, pero hay unos ámbitos tan absorbidos por ideas simplistas, nacionalistas y anti españolistas que compran el relato. Cierto es que entre el “momentum” de 2017 y el día de hoy, han perdido más de la mitad de los adeptos. Se puede engañar y falsear la realidad una o dos veces, pero no siempre. De todas formas, todavía quedan algunos rescoldos de aquellas hogueras del 2017, y el 12 de mayo veremos en qué han quedado. Soy de los que piensan que las actuales encuestas esconden muchas opiniones que no se quieren dar a nadie. Muchos de los engañados se resisten a reconocer su error, y mienten ante las preguntas que se les hacen. Estoy convencido que muchos de ellos, o no irán a votar a sus antiguos partidos, o les castigarán buscando partidos serios, a la búsqueda de la normalidad perdida. La lucha entre los principales partidos independentistas seguirá hasta el final, pero ni uno ni otro mantendrán, ni siquiera la representación actual. Estoy convencido que el voto útil a favor de la normalización irá a Salvador Illa, cansados todos, de haber perdido 12 años, en un proceso de lo más inútil y destructivo, para Cataluña y por derivación para España. En este desplazamiento de voto, habrá tenido mucho que ver, el infantilismo cotidiano, habitual e insensato de los partidos independentistas, debidamente acompañados de las dos entidades, antes señaladas. Puedo asegurar que hay auténticas ganas de terminar con esta etapa, girar página y dar la palabra a un gobierno que realmente se ocupe de las cosas serias, con la seriedad de los adultos, dejando a los niños que disfruten de su infancia. Y recordando que en Cataluña vivimos 8 millones de personas, y no uno, o uno y medio que sigue consignas independentistas. Que nadie tome la parte por el todo. Lo hicieron los independentistas en 2017, ahora no se repetirá.





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