Tuesday, March 12, 2024

 

LAS FUNCIONES DE UN ASESOR - art. El Obrero digital

LAS FUNCIONES DE UN ASESOR. En todas partes, puede salir una manzana podrida, va en la condición humana, pero que se quiera extender la podredumbre sobre la totalidad de un colectivo, ni es justo ni es razonable. Si echamos cuentas, veremos que en España hay unos 85.000 cargos públicos, con mayor o menor dedicación: ayuntamientos, diputaciones, consorcios, mancomunidades, gobiernos y parlamentos autonómicos, Congreso, Senado y Gobierno nacional. Pues bien, en determinados niveles, se necesitan asesores para reforzar, apoyar y ayudar a los cargos públicos en sus funciones. Nadie es experto en todo, ni llega a todas partes. Lógico tenga ayuda para llevar a buen puerto sus competencias. Personalmente, ejercí el cargo de asesor del Grupo Socialista en la Diputación de Barcelona durante uno de sus mandatos. Expongo brevemente cuáles eran mis funciones y mis condiciones de trabajo. Mi horario laboral era variable, dependiendo de las necesidades de los cargos a los cuales asesoraba: alcaldes y concejales socialistas, en gobierno o en oposición, en dos de las comarcas de la provincia de Barcelona. Unos 40 grupos, en total. Mis viajes suponían entre 4.000 y 4.500 kms al mes, los gastos iban incluidos en el salario. La disponibilidad era de 7 días a la semana, en función de multitud de situaciones. Muchas reuniones y visitas a pueblos, eran en sábados o domingos, cuando los alcaldes i/o concejales estaban libres. La mayoría, compaginaban trabajo privado con el público. Otras visitas se hacían cualquier día de la semana, a petición de los cargos públicos. Se hablaba de propuestas urbanísticas, económicas, ordenanzas, tasas, subvenciones, y un largo etcétera. La mayoría de pueblos eran de pequeña dimensión con lo cual no disponían de técnicos propios y debían pedir información a entidades superiores. Las reuniones presenciales ocupaban un lugar preferente, pero a continuación venía el contacto telefónico y el telemático. Eran habituales los contactos semanales con los alcaldes, y mensuales con los concejales, en la oposición. Había intercambio de información y documentación sobre todo lo referente a su municipio, su comarca, o su provincia, sin dejar de lado, todo lo referente a la política regional. Dentro de las funciones, entraba ayudar en la redacción de propuestas, documentos, mociones y alegaciones a trámites en curso. También asesorar temas jurídico – legales, y en el caso de cargos de gobierno, aconsejar y buscar documentación que les pudiera servir para redactar o modificar ordenanzas o implementar nuevas infraestructuras, equipamientos y servicios. La interrelación entre unos y otros era constante y muy variada. También a nivel de prensa y transparencia. En resumen, el trabajo era intenso y extenso, tanto territorialmente como a nivel de temas a tratar. El objetivo era tener a los equipos de gobierno y de oposición, lo mejor informados posible, lo mejor documentados como para ejercer sus cargos, con seguridad y determinación. Para ello, los horarios debían ser flexibles y variados, a instancias de los cargos públicos, superando, ampliamente los horarios formales. En fin, un trabajo interesante, cuya recompensa consiste en mejorar constantemente el papel de los cargos asesorados, y al mismo tiempo evitar cometer errores que pudieran entorpecer sus funciones. Nada más y nada menos. Para acceder al cargo, tener un buen currículum en materia municipal como para poder ejercerlo en plenitud técnica y política. Este es el noble quehacer de un asesor normal y corriente. Si en algún momento y lugar alguien pretende usarlo para otras historias, entra dentro de la picaresca, mala práctica y malas formas. Nada que ver con la política seria y formal.





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