Tuesday, March 26, 2024

 

EL GRAN ADVERSARIO - art. El Obrero digital

EL GRAN ADVERSARIO. En Cataluña, estamos ya en plena campaña aunque todavía no se hayan presentado las candidaturas. Hay prisa para lanzar los primeros mensajes y sobre todo las primeras críticas contra el principal adversario, de todos y cada uno de los partidos del actual arco parlamentario: el PSC. Se vuelven a escuchar las acusaciones de sucursalismo, respecto del PSOE, de ser Salvador Illa del Delegado de La Moncloa, de vendidos al centralismo, y un largo etcétera, oído y visto, a lo largo de los últimos treinta años, según fueran las previsiones electorales. Y las previsiones son buenas, por no decir muy buenas para los socialistas. Justo acaban de terminar su congreso ordinario, con unos apoyos imposibles de mejorar, hacia la nueva ejecutiva, la ponencia política y los nuevos órganos de organización. Este congreso se sitúa entre los dos o tres de mayor éxito de la historia de un partido, con 45 años, a la espalda. Ha coincidido el congreso con la convocatoria de elecciones, con lo cual Salvador Illa, ha salido como Primer Secretario (el nombre que se da en Cataluña, al Secretario General), y al mismo tiempo como candidato a la presidencia de la Generalitat. Los discursos combinaban los dos cargos, con la vista puesta al gran objetivo: volver a ganar las elecciones al Parlamento, pero con una mayor diferencia que las anteriores. Este es el gran reto a conseguir. El PSC ganó las elecciones con 50.000 votos más que ERC, pero con los mismos diputados: 33. En Cataluña se eligen 135 miembros, a razón de 85 por la provincia de Barcelona, 17 por Gerona, 15 por Lérida y 18 por Tarragona. Curiosamente, algunos quieren la independencia y fueron incapaces de ponerse de acuerdo para elaborar y aprobar una ley electoral propia. Tenemos la que propuso el Gobierno central al inicio de la democracia recuperada. Es la única comunidad autónoma, sin ley propia, una auténtica vergüenza. Y nadie dude que las dificultades para tener una propia, provengan de las ventajas que la actual da a los partidos independentistas. Un voto en las tres provincias menos pobladas, necesita 3 o 4, en la provincia de Barcelona, para ser compensado. Se premia enormemente el voto rural, en detrimento del urbano. Para tener un sistema realmente proporcional, la provincia de Barcelona debería tener alrededor de los 100 diputados, no en vano viven en esta provincia 5,6 millones, de los 7,6 millones que tenía Cataluña en 2019. Ahora está ya en los 8 millones (2023). Volviendo al principio, todos los partidos son conscientes de la gran importancia de estas elecciones, para Cataluña, pero también para el conjunto de España. Los pactos estatales dependen, en buena parte de los resultados que se den en Euskadi, por un lado, y de Cataluña, por el otro. De momento las encuestas dan como favorito al PSC, con un práctico empate entre ERC y Junts. Las diferencias de resultados, entre ellos, decidirán los pactos posteriores para formar gobierno. Lo que se palpa en el ambiente es el cansancio por los diez años de proceso independentista que ha complicado la vida a todos y cada uno de los habitantes. Hay hartazgo de quejas, victimismo, mala educación, mentiras, falsedades, y olvido de gobernar para dedicarse a protestar y hacer propaganda propia. Los partidos independentistas ya no saben qué más prometer, porque todo lo prometido ha fracasado. Tienen que volver a sacar viejos eslóganes, y objetivos que son imposibles de convencer. Visto lo visto, la inmensa mayoría quiere girar página y recuperar el tiempo y la tranquilidad perdida. De aquí la insistencia de Salvador Illa de aparecer como el hombre tranquilo, buen gestor ,buen administrador que promete estar en todas las reuniones, en todas las comisiones, con firmeza pero con lealtad al objetivo común que es la buena marcha de España, dentro de la UE. El principal objetivo es que el país, Cataluña, funcione. Que todos los servicios públicos sean un modelo de rapidez y eficacia. Que nada distraiga para impulsar y recuperar la normalidad y el buen quehacer diario. Reivindicar los derechos que correspondan y cumplir los deberes, sin victimismo, sin estridencias sin batallas inútiles. Puede parecer poco ambicioso, pero es una auténtica revolución después de todo lo vivido, en los nefastos años del proceso. Nadie dude de lo que representa este programa. Y si tiene alguna duda que mire los furibundos ataques de todos los partidos. Han convertido el PSC, en el gran adversario. Un buen inicio de precampaña, que augura un espléndido final.





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