Tuesday, January 16, 2024

 

ELPRESTIGIO PERDIDO -art. El Obrero digital

EL PRESTIGIO PERDIDO. Durante la larga dictadura, Cataluña se organizó con un envidiable y envidiado sistema de lucha y resistencia, copiado en otros lugares de España e incluso de Europa. La unión, dentro de la diversidad, era respetada y promovida por todos y cada uno de los partidos y entidades agrupadas, en torno al objetivo común: recuperar las libertades perdidas. La creación de la Asamblea de Cataluña, bajo el lema “Llibertat, Amnistia, Estatut d’Autonomia”, supuso agrupar todos los esfuerzos en conseguir estos tres objetivos. En febrero de 1976, se organizó una de las grandes manifestaciones, para mostrar la fuerza y determinación de todos los colectivos. En aquellos primeros tiempos, seguidos por los de la Transición, y, finalmente la implantación de la democracia con todos sus derechos, las estrategias y decisiones de los partidos, pasaban por anteponer el bien común, al de cualquier interés partidista. La Transición, fue un modelo de prudencia y sensatez, consiguiendo en un corto lapso de tiempo, romper con las inercias del pasado y consolidar un Estado, plenamente democrático, hasta llegar a hoy en día. Todo es mejorable, pero, mirando atrás, lo hecho y conseguido, puede ser mostrado como ejemplo de cómo pasar de un régimen dictatorial, a uno democrático. Digo esto, en tanto que observador, pero también cooperador de las políticas a pie de calle, en base a actuar como concejal de gobierno, en un ayuntamiento de la provincia de Barcelona, posteriormente como alcalde, y durante cuatro legislaturas, compaginándolo con el cargo de diputado, en el Parlamento de Cataluña. Desde estos puestos se podía valorar y evaluar las políticas del gobierno central, primero, y acto seguido del gobierno de la Generalitat, constituido a partir de las elecciones de 1980. Con estos cargos, y una firme militancia en el partido socialista, fui propuesto para diversos viajes de contacto con otros partidos europeos. La Fundación Friedrich Ebert, ligada al SPD alemán, impulsaba estudios, contactos y reuniones entre representantes de diversos países que iniciaban su camino hacia la democracia. Recuerdo muy bien la atención y envidia que generábamos los españoles, a la vista de los pasos dados y las previsiones de futuro. Y los elogios eran generalizados, pero con especial incidencia hacia los representantes de Cataluña, por su seriedad, europeísmo y acción conjunta, para consolidar trayectoria. Años después, hice otros viajes, tuve otros encuentros, el respeto y admiración por los avances de Cataluña, eran unánimes. Ahora, a principios de 2024, miro atrás y no puedo dar crédito a todo lo visto, en los últimos diez o doce años. El gran prestigio acumulado durante años, se ha perdido hasta límites, nunca imaginados. Hemos pasado del respeto y prestigio a la más grande de las vergüenzas, en muy poco tiempo. Y todo indica que no hemos tocado fondo. Algunos días, me imagino, en tierras lejanas, dando explicaciones sobre nuestro modelo político, nuestros principales objetivos y los principales protagonistas. Tendría vergüenza ajena en explicar lo sucedido en Cataluña, durante los años del proceso, y ahora mismo dar cuenta de las estrategias de ERC y Junts, en Cataluña y en las Cortes generales. El proceso ya mostró la ignorancia e inconsciencia de todos y cada uno de los líderes, hasta el punto de desconocer las reglas más elementales de la diplomacia europea y mundial. Pero, no solo esto, han seguido insistiendo en propuestas y medidas que nadie puede entender quién las formula y cómo llegan a ser consideradas, hasta transformarlas en propuestas parlamentarias. Será muy difícil, recuperar el prestigio perdido. Increíblemente complicado porque no hay previsiones de reparación ni dentro de ERC, ni de Junts. ERC, ha modificado algunos de sus planteamientos, obligada por su posición de partido de gobierno. Al final, se han dado cuenta que inventar formulas u obviar leyes no conduce a ningún otro lugar que al desastre. Pero, Junts continúa en el monte. Seguir las órdenes de un iluminado, fugitivo de la Justicia, establecido en Bélgica desde hace seis años, produce auténticas aberraciones políticas. Es complicado esperar rectificaciones, pero espero que algunos alcaldes de Junts, decidan elevar su voz y exijan cambios profundos en la dirección. No se pueden permitir salir cada día con ocurrencias, cada vez más insensatas, y con formas impropias de representantes políticos. Para esto, mejor quedarse en casa que ir a las Cortes a hacer el más espantoso de los ridículos. No solo hemos perdido el respeto y prestigio, es que estamos en boca de todos, como ejemplo del caos y el esperpento.





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