Monday, September 11, 2023

 

QUE NADIE HABLE POR "NOSOTROS LOS CATALANES"- art. El Obrero digital

QUE NADIE HABLE “POR NOSOTROS”, LOS CATALANES. Solo en casos muy claros y concretos, un dirigente político, puede usar la primera persona del plural. He ostentado el cargo de alcalde, 28 años, y en representación del municipio, he reclamado, pedido y exigido multitud de cosas, que previamente habían sido aprobadas por el pleno municipal. En todas ellas, estaba justificado hablar en nombre de todo el pueblo. Podía usar el “nosotros” sin ningún problema. Ahora bien, cuando se trata de temas no consensuados, no representativos de toda la sociedad, no es pertinente, en absoluto, hablar en nombre de todos, puesto que la disparidad y diversidad son evidentes. En Cataluña, hemos tenido demasiadas personas que se han arrogado la representación de todos, cuando simplemente representaban una parte. Y en la mayoría de casos, una pequeña parte de la ciudadanía. Hace pocos días hemos tenido una demostración de lo que digo, en la comparecencia pública del ex presidente Puigdemont, fugitivo de la Justicia, con residencia temporal en Bélgica. En su sermón, usó y abusó del término “nosotros los catalanes” cuando en realidad puede otorgarse un máximo del 8% de los votos. Sí, sí, repito un “ocho por ciento”. Los números son fáciles de recordar. De 48 parlamentarios que se eligen en Cataluña, Junts obtuvo 7. Puigdemont, puede hablar en nombre de estos 7, de ninguno más. Y si quiere hacer referencia a los diputados independentistas, puede sumar los otros 7 de ERC. En total 14, sobre 48. Si se hacen la sumas y restas correspondientes, obtenemos una goleada inmensa a favor de los no independentistas: nada más y nada menos que 34 a 14. Esta es la representación en el Congreso de los diputados, pero si vamos al Senado, el resultado es de 12 a 4. En resumen, es totalmente inaceptable que un fugitivo de la Justicia, con ínfulas de líder del pueblo catalán, quiera hablar en nombre de todos nosotros. No, no, el partido ganador en las pasadas elecciones municipales y generales, fue el PSC. Y por respeto, nunca he oído hablar a Salvador Illa, en nombre de todo el pueblo catalán. Dicho esto, me gustaría hacer algunas otras observaciones a lo hablado y propuesto por este ex presidente, en su sermón de Bruselas. Propone una ley de amnistía que borre y olvide todo lo sucedido en los últimos doce años en Cataluña. Se refiere a los desmanes de la parte independentista. En ningún momento reconoció errores, ni transgresiones de las leyes vigentes, tanto catalanas, como españolas. No, no, todo lo organizado y llevado a cabo, fue una demostración de voluntad democrática, por lo tanto, ningún castigo puede conllevar, la vulneración de la Carta Magna, el Reglamento del Parlamento, y el Estatuto de Autonomía. Empezamos mal, porque además se permite otra licencia, típica de los independentistas. Si no aceptáis nuestras condiciones, lo volveremos a hacer. Se cree sus propias mentiras e invenciones, creyendo poder hacer un llamamiento a millones de personas, que le seguirán ciegamente a otra confrontación con el “estado de derecho”. Quienes viven en otra realidad, como él, creen realmente en su mesianismo y se imaginan al frente de grandes manifestaciones y concentraciones, para conseguir la liberación del subyugado “pueblo catalán”. Los que sentimos vergüenza ajena, ya hemos escuchado cientos de veces, estas proclamas y sermones. Viviendo en el extranjero no se ha dado cuenta que la gente, incluso la que se movilizó, en los años álgidos del proceso, está en otras historias. No quiere ser engañada otra vez. Pero para un iluminado, lo real es lo que él piensa o se imagina. Y no, la realidad es otra, y va creciendo en dirección contraria a la que él querría. Solo hay que mirar los números y la demografía actual y la previsión de futuro. En pocos meses, Cataluña tendrá 8 millones de habitantes. La mayor cifra de su historia. Pues bien, si miramos la serie histórica de resultados electorales, incluso cogiendo los datos de la consulta del 9 N, y el mal llamado referéndum del 1-O, en ningún caso, vemos resultados superiores a los 2 millones. Nunca el independentismo ha superado esta cifra. Tenemos pues, en la parte no independentista a 5 millones. Pero es que la diferencia se va agrandando con el tiempo, debido a la deserción, desencanto y desaparición por efectos de edad, de una parte, importante de los seguidores independentistas, lo cual explica los ínfimos resultados de las generales, en las que solo cosecharon 920.000 votos. Que nadie se crea que en el “nosotros los catalanes” estemos todos. Ni una mayoría, ni una parte importante. No, no, como mucho se quedan por debajo de un veinte por ciento, con tendencia a la baja. No soy partidario de la amnistía. Sí, a favor de los indultos. De los pasados y de los que puedan venir, después de resolver en los tribunales las causas pendientes. Y si al final, se va por la vía de la amnistía hay que exigir una petición de perdón y reconocimiento de la vulneración de la legalidad y un compromiso de no volverlo a hacer. Es lo mínimo que habría que poner como condiciones previas.





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