Monday, October 17, 2022

 

REPUBLICANO, SIN PRISAS - art. El Obrero digital

REPUBLICANO, SIN PRISAS. En nuestras vidas privadas siempre tenemos objetivos a corto, mediano y largo plazo. Unos, sabemos los vamos a alcanzar, pero otros, no. O sí, si se dan una serie de circunstancias. Pues bien, a nivel político, pasa lo mismo. Hay que contemplar escenarios posibles y en función de necesidades y opciones, hacerlos realidad. Ahora y aquí, discutir sobre Monarquía o República, no parece lo más urgente, ni lo más primordial. Y, sobre todo, lo más factible. Si me preguntan por la opción preferida, contesto República, pero sin prisas. Sin ninguna prisa. Es más, no me preocupa en absoluto que esta opción no se haga realidad, mientras viva. La puedo dejar para generaciones futuras sin que por ello deje de estar bien conmigo mismo. He sido y soy ,práctico y pragmático. En un país como el nuestro, pensar en candidatos/as a presidente/a, con sus campañas, y sus conflictos me da una pereza enorme, y pienso en lo práctico que es tener un Jefe de Estado, permanente, inmutable por muchos, muchos años. Y por mucho que se ataque la figura de Juan Carlos I, no cambiaré de parecer. Lamento el estilo de vida y la falta de decoro y algunas actuaciones del rey emérito, pero no veo en el actual rey nada parecido. Estamos, pues, en buenas manos. En cuanto al coste de la Monarquía, es muy similar al que tendría una República, con lo cual este argumento no me sirve. Es más, guste o no, existe un interés y una imagen por todo lo que representa que moviliza centenares de miles de personas, en copiar sus modelos, actividades y destinos. Ha habido quien ha evaluado en miles de millones al año, todo lo que mueve la figura de la Monarquía. No será por esta vía la que ponga en cuestión su continuidad. En Cataluña, los independentistas se esfuerzan en presentar al Rey con todo el memorial de agravios posibles. Recuerdan los hechos de sus antepasados y marcan una continuidad como si nada hubiese cambiado en los últimos años, o siglos. Sin embargo, la realidad es muy diferente. En las visitas, siempre hay el grupo radical que les espera, pero cada vez con menos efectivos y menos apoyo. Cuando quieren poner un ejemplo de gran error, sacan el discurso del 3 de octubre de 2017, como prueba de un Rey que no está con su pueblo. Nada más lejos de la realidad, puesto que el discurso, posterior al 1 de octubre fue equilibrado y lógico, después de un embate contra el estado de derecho. Es cierto que hubo inmensos errores por parte del Gobierno Rajoy, empezando por la estupidez de mandar Guardia Civil y Policía Nacional a impedir la consulta en unos doscientos colegios electorales, pero este error, no puede tapar el cometido por los partidos independentistas, con el Gobierno catalán al frente, de vulnerar la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Alguien al más alto nivel, debía decir que el Estado somos todos, y nadie puede pretender vulnerar las leyes fundamentales sin topar con el estado de derecho que tiene instrumentos para evitarlo. Olvidan también, lo que piensa la gente, en su casa. Una cosa es el partidismo independentista y el del Gobierno, y otra el posicionamiento de una gran mayoría de catalanes. Si miramos reacciones a la visita de los reyes, de hace 8 o 10 años, y las comparamos con las actuales, veremos el cambio operado. Ha descendido mucho el miedo a expresar ideas y preferencias. En unos meses o unos pocos años, habrá desaparecido. Mientras tanto, la figura de los Reyes se consolida y permite pensar en una larga trayectoria. No seré yo quien pida abreviarla. Republicano, sí, pero sin ninguna prisa.





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