Thursday, September 15, 2022

 

CAMBIAR ALGUNAS REGLAS DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES - art. El Obrero digital

CAMBIAR ALGUNAS REGLAS EN LAS ELECCIONES MUNICIPALES. Los retoques a la ley que regula las elecciones municipales han sido mínimas desde abril de 1979 que tuvieron lugar las primeras, de la etapa democrática. Cuarenta y cuatro años después, considero llegado el momento, de llevar a cabo algunos cambios notables, a la vista de cómo han funcionado hasta ahora. La más importante requiere un amplio consenso, pero cada vez se hace más evidente que debería gobernar, el partido más votado. Ello requeriría apostar por un sistema mayoritario, mediante el cual, la lista ganadora se llevara la mitad más uno, de los concejales, y repartir el resto, en función de los resultados de cada candidatura. Este sistema permitiría garantizar una total gobernabilidad, en todos los ayuntamientos, sin depender de pequeños grupos que con uno o dos concejales pueden imponer sus condiciones. No es lógico ni plenamente democrático, puesto que se vulnera la voluntad de la mayoría. También se evitarían casos esperpénticos de alcaldes con una pequeña minoría de apoyo, por conflicto entre el resto de grupos. Por experiencia propia, puedo afirmar que disponer de mayoría absoluta para gobernar permite aprovechar el tiempo y el dinero para transformar el municipio, con una rapidez y eficiencia, imposibles de ver, en un ayuntamiento con mayorías precarias. Si tenemos en cuenta que un ayuntamiento es lo más parecido a una empresa de servicios, no puede estar constantemente en discusión su programa y gestión. He asistido en los últimos años a multitud de reuniones y debates sobre cómo conseguir una mayor eficacia en la gestión y un principio básico es contar con un respaldo suficiente. Es decir, una mayoría que permita trasladar al pleno todo lo planificado, con garantías de que salga adelante. Para conseguirlo hay que cambiar las actuales reglas. Así pues, para las próximas elecciones municipales de 2027, sería deseable haber hechos los deberes y tener unas nuevas reglas que conformen el reparto de concejales en los consistorios, para hacerlos estables. Para ello hay dos vías: o la de un sistema mayoritario, o uno de doble vuelta, copiando el sistema electoral francés. Probablemente aquí sería más práctico el mayoritario puesto que en un mismo día tendrían lugar votación y reparto claro y contundente de los resultados. Otro cambio deseable sería el de reducir el número de concejales en los municipios de menor población. Ahora el sistema prevé el siguiente reparto: de 1 a 100, se eligen 3 concejales. De 101 a 250, se eligen a 5 en listas abiertas. De 251 a 1.000, se eligen a 7, ya en listas cerradas. De 1001 a 2000, se eligen a 9, etc. Visto el descenso de población en centenares de municipios, en todo el país, sería recomendable alargar el tramo de 101 a 500 habitantes, para que eligieran a 5 concejales en listas abiertas. Esto permitiría facilitar la presentación de candidaturas en un tramo de población que actualmente es mayoritario a nivel de España. El resto podría continuar como hasta ahora, si bien con la modificación de sistema, para facilitar que la candidatura ganadora, tenga siempre la mayoría absoluta para poder gobernar sin depender de pequeños grupos que impiden gobernar con rapidez y eficacia. Para que nadie piense en dejar a la oposición sin elementos de seguimiento y control, se pueden ampliar los sistemas para obtener información y documentación de la acción de gobierno. Estos cambios son necesarios y ahora ya urgentes para no ver de nuevo, pactos contra natura que modifican de hecho, los resultados electorales.





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