Tuesday, January 11, 2022

 

DECADENCIA NO RECONOCIDA - art. El Obrero digital

DECADENCIA NO RECONOCIDA. No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que no quiera oír. Así estamos en Cataluña desde hace años, a resultas del “proceso independentista”. No se quieren reconocer datos fiables, contrastables y fácilmente asequibles para cualquier persona que los quiera recabar. Además, las nuevas tecnologías ofrecen opciones, en todos los formatos posibles. Pues bien, cuatro años después del punto álgido del proceso, nadie quiere pasar cuentas y ver los resultados obtenidos. Para los independentistas todas las cifras con cuestionadas y cuestionables, fruto de información y documentación “interesada”, de forma que no se puede creer. Y ya está. Punto final. Muy bien. No quiero marear a los amables lectores con cientos de cifras. Solo daré algunas para darse cuenta del “volumen de la tragedia”. En los cinco últimos años, han salido de Cataluña 7.007 empresas, en sus diferentes fórmulas. En el mismo período, han venido 2.509, con lo cual el saldo negativo se sitúa en 4.498. Estas cifras salen de la información dada por el Colegio de Registradores de España. Quien quiera saber el destino, procedencia, etc., puede consultar los datos en diversas fuentes, fácilmente localizables por Internet. Quiero solo resaltar algunos nombres, para explicar el enorme perjuicio causado, al poder económico, social y político de Cataluña. No es igual la marcha de una empresa de veinte, treinta o cuarenta trabajadores que una de miles. Veamos una pequeña lista para demostrarlo: Caixa Bank, Banco Sabadell, Gas Natural, Endesa distribución, Mitsubishi eléctrica, Torras papel, Manpower, Abertis, SErvihabitat, Catalana Occidente, Ricoh….y un largo etcétera hasta llegar a las siete mil. Ante esta debacle, los independentistas suelen mostrarse escépticos, y responder con un gesto de exageración o con un estúpido, “ya volverán”. O peor aún, mejor tenerlas fuera que dentro. No quieren reconocer el daño causado, ni lo que significa de cara al presente y futuro a nivel de PIB y a nivel de poder político. Perder grandes empresas, significa perder peso económico, industrial y por supuesto bajar en el ranquing autonómico y europeo. Es más, muchas empresas que podrían haber venido, no lo harán a la vista de esta fuga y de la continuidad del desgobierno en la Generalitat. Y si alguien tenía alguna duda respecto algunas de las más importantes, puede comprobar como Caixa Bank ha vendido sus sedes centrales en Cataluña, y lo mismo ha hecho Banco Sabadell. Se han ido para no volver. Si hacemos una revisión anual del resto, veremos como todas ellas, o la inmensa mayoría se han asentado en sus nuevos destinos con ánimos de permanencia, no de provisionalidad. Con este panorama, junto a la mediocridad de los líderes políticos de los partidos independentistas, no parece próximo el retorno de Cataluña a los foros principales de reflexión y decisión. Se han perdido años para siempre, y no hay previsión de recuperar el tiempo y los esfuerzos perdidos. Lo único viable y posible es acortar el tiempo para evitar nuevas pérdidas. Esta debe ser la prioridad de los próximos años. Preparar muy bien las próximas elecciones municipales, para poner al frente de las principales alcaldías, personas preparadas, alejadas del independentismo e iniciar el asalto al gobierno de la Generalitat, mediante unos espléndidos resultados en el Parlamento de Cataluña. Este es el reto del PSC, con Salvador Illa, al frente.





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