Monday, January 03, 2022

 

CRISIS DE LIDERAZGO - art. El Obrero digital

CRISIS DE LIDERAZGO. La crisis de la política, produce crisis de liderazgos. No hacen falta grandes encuestas ni estudios para ver la triste realidad. Un breve recorrido por los principales ayuntamientos de España, nos da la primera pista. A continuación, hagamos lo mismo con las CCAA, y finalmente recalemos en Congreso y Senado, pasando por los principales partidos. Se ha producido un lento pero constante descenso en la calidad de los principales protagonistas, hasta llegar a cotas realmente preocupantes. El desprestigio, aleja posibles candidatos, a cualquier institución. Prefieren dedicarse a negocios privados, antes que caer en manos de la crítica más feroz, en todos los ámbitos posibles. Ahora mismo, todos los partidos, han iniciado el lento pero obligado camino hacia la búsqueda y confección de las próximas candidaturas municipales. Tendrán lugar el mes de mayo de 2023. Escaso año y medio. Primera misión, decidir si los actuales candidatos quieren o es deseable repitan. A continuación, buscar sustitutos, o nuevos equipos para reemplazar a los actuales. Parece fácil, pero en realidad la tarea es más que complicada. Quienes podrían ir, se lo piensan tres veces antes de dar el paso, y a veces, se deciden los que menos valen. Conseguir cambiar unos por otros, es el reto a perseguir. Al final, si no se consigue el mejor, hay que conformarse con el menos malo. Pero, rebajar las pretensiones, supone rebajar liderazgos y con ello, conformarse con gobernanzas mediocres. En eso estamos, en buena parte de España, y no parece nada fácil romper esta dinámica. Y, sin embargo, es esencial para recuperar prestigio y eficacia. La escuela municipal es la mejor para adquirir experiencia y capacidad de liderazgo, como para aspirar a nuevos puestos de mayor responsabilidad. Así se construye una carrera política, en la mayoría de países democráticos. También aquí, si bien, los últimos años no han ido en la buena dirección. Los casos de corrupción supusieron un duro golpe a la credibilidad de los políticos y del sistema, de forma que se generalizó la idea de que quien entraba en un cargo, era para delinquir, cuando la realidad es rotundamente diferente. Si tenemos en cuenta que España cuenta con más de 8.100 ayuntamientos, supone tener unos 80.000 cargos políticos en la administración municipal. Solo unos pocos han incumplido las leyes, y han manchado su trayectoria. El resto se han mantenido dentro de la más estricta legalidad. Pero, unos pocos, han hecho un daño tremendo al conjunto, y cosa similar ha pasado en la administración superior. La de las CCAA, donde algunos casos sonados, han llevado a actuar a los tribunales con escándalos que han llenado páginas y telediarios. Al final, se tiende a generalizar y con ello a alejar de los puestos públicos a personas que serían espléndidos candidatos. Y no solo hemos perdido calidad en los puestos de gobierno, también al frente de los partidos políticos, con un afán por escalar de forma rápida sin picar piedra, como era habitual años atrás. Quien llega, quiere alcanzar la máxima cota de poder, al cabo de muy poco tiempo. Ello conlleva utilizar todas las armas posibles, aunque sea a costa de mentiras, exageraciones o ataques sin sentido. Solo hay que leer o escuchar algunas de las comparecencias en los Parlamentos o en las Cámaras legislativas para darse cuenta de esta nueva realidad. ¿Hasta cuándo? Imposible predecir, pero de cada partido depende elegir a los mejores y evitar la entrada de mediocres. Solo así, conseguiremos superar la actual etapa, y devolver a la política el prestigio y respeto perdidos.





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