Tuesday, December 21, 2021

 

EL DESPRESTIGIO DEL PARLAMENT - art. El Obrero digital

EL DESPRESTIGIO DEL PARLAMENT. No voy a entrar en lo que sucede en el Congreso ni en el Senado. Me voy a centrar en el Parlamento de Cataluña, donde ostenté el cargo de diputado durante 4 legislaturas, una de las cuales como presidente de la comisión de agricultura. De todas formas, me permito una pequeña referencia de carácter general. Es urgente proceder a cambios substanciales en la forma de comportarse en las cámaras parlamentarias. En todas, en general, i más en algunas en particular. Bastante desprestigiada está la política como para añadirle gestos, discursos, vestimenta y mala educación. Los ciudadanos no merecen este comportamiento. Vuelvo a Cataluña y a su Parlamento. Desde 1980 hasta 2012, la vida parlamentaria transcurría por los cauces normales de toda Cámara legislativa. Reuniones, comisiones, plenos, discursos, presentaciones, etc. Todo normal, todo reglado y todo conforme a derecho. Fue a partir de esta fecha cuando el funcionamiento habitual empezó a sufrir cambios y modificaciones de facto, interpretando el Reglamento de forma parcial. Era el inicio del “proceso independentista” que culminaría con los hechos más graves, en todo el período democrático. La sesión del 6 y 7 de septiembre de 2017. Allí se vulneró todo. Reglamento, Constitución y Estatuto. Cuando algo tan grave sucede, y todavía años después no se ha reconocido ni pedido perdón, es que algo anómalo sucede en el conjunto de la sociedad. En efecto. Todavía hoy, cuatro años después no se ha llevado a cabo la necesaria reflexión y evaluación de errores. Hay miedo, por un lado, y fanatismo, por otro. La realidad, a día de hoy, es que los grupos parlamentarios viven en diferentes dimensiones. Los hay que persisten en creer posible la independencia, y otros que la dan por amortizada. La sociedad está cansada y todo indica que han girado página a la revuelta. Pueden aparecer esporádicos momentos de tensión y manifestación, pero muy lejos de lo vivido en los años álgidos del proceso. Ahora bien, las tensiones entre los partidos de gobierno (ERC i Junts x Cat) entre ellos y con su principal socio (CUP) motivan constantes enfrentamientos, en todas partes, pero muy especialmente en el Parlamento. Y es que cada uno quiere demostrar al otro ser más fiel y más intransigente con todo lo relacionado con la política general. En nada ayuda que la presidenta del Parlamento, Laura Borrás, se comporte como una auténtica hooligan, y no ahorre críticas a sus socios, al mismo tiempo que es capaz de tomar partido en todos los debates y tramitaciones parlamentarias. Es decir, con ella, se ha roto la tradicional imagen de neutralidad de la presidencia. Al contrario. Aprovecha todas las ocasiones para mostrar sus desacuerdos con ERC, y con otros grupos. Todas estas batallas han conseguido romper la imagen que tenía el Parlamento de Cataluña hasta llegar a la actualidad. El desprestigio es general y permanente.





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