Tuesday, October 05, 2021

 

EL FACTOR "H" - art. El Obrero digital

EL FACTOR “H”. Si nos paramos a pensar, en todos los estamentos, organizaciones, clubes, instituciones, el factor “H”, el factor humano, es esencial. Es el que permite lanzar grandes retos, resolver grandes problemas o impulsar proyectos hasta límites inimaginables. ¿Qué habría sido de la Segunda Guerra Mundial, sin Winston Churchill? ¿Qué habría sido de EEUU, sin el gran presidente que fue Franklin D. Roosevelt? o De Gaulle, en Francia, Willy Brandt, en Alemania, Olof Palme, en Suecia, y tantos otros, en tantos países, en momentos especialmente duros y delicados. Si en momentos clave, aparece la persona adecuada, el país, la ciudad, el club, la entidad que sea, supera las dificultades y se lanza a grandes retos, segura de sí misma y de sus resultados. Por desgracia, no siempre el factor “H” aparece en el momento deseado. Es lo que nos pasa en Cataluña desde hace una docena de años. Lo mismo ocurre en la ciudad de Barcelona, en manos de una alcaldesa mediocre. Mediocridad que se va extendiendo por todos sus rincones, hasta producir la pérdida de confianza en sus fuerzas y potencialidades. He conocido a todos los alcaldes de Barcelona. A unos más que a otros, pero a todos. De entre ellos me permito valorar con un potente factor “H”, a Narcís Serra, a Pascual Maragall y a Jordi Hereu. No quisiera desmerecer al resto, pero el poder de liderazgo, de atracción de equipos potentes y la capacidad para generar grandes proyectos fue inmensa. Es cierto que sobre todos sobresale Pascual Maragall. El Alcalde olímpico, el alcalde popular y entregado a una Barcelona mundial, pero todos cumplieron magníficamente su papel. Y puesto que hablamos de Maragall, veamos algunos de sus logros. No me refiero a sus logros urbanísticos, olímpicos o culturales, sino a su forma de trabajar y de tener contacto con la ciudad y su gente. Tuve ocasión de hablar largas horas con Maragall, en sus tiempos de alcalde, pero también en sus tiempos de diputado en el Parlamento de Cataluña, o durante su mandato de presidente. A veces me sorprendían las ganas de hablar con un alcalde de un pequeño pueblo, o con un diputado de a pie, pero creo que lo que le atraía eran mis descripciones de temas tan alejados de su realidad urbana. Y es que sus ganas de saber, de conocer, de contrastar, eran intensas y extensas. Quería contactos directos, ver sobre el terreno, hablar con la gente, comprobar las decisiones que tomaba. Y tenía claro que para gestionar una gran ciudad, debía rodearse de un equipo potente y preparado. A diferencia de Jordi Pujol, él no tenía miedo de que nadie le hiciera sombra. Ni pensaba en ello, ni le afectaba. Solo con los mejores podía gobernar la gran ciudad. Los que conocimos la Barcelona de los años 60, 70,80, y la comparamos con la de hoy, nos, cuesta creer como en 20 o 30 años, se puede transformar una ciudad de forma radical. De no ver el mar, pasamos a verlo constantemente. De una ciudad gris, pasamos a una ciudad de colores. De pequeña a inmensa, a nivel cultural, deportivo, etc. Por todo ello, produce una rabia inmensa ver decadencia, donde antes había brillantez. Nos duele a todos, pero más a los que vimos su transformación. Y todavía más a los que vivimos lejos, y antes veníamos para ver sus novedades. Nunca me hubiera imaginado no tener ganas de visitar Barcelona, en 6 o 7 meses. Ahora los he pasado. Y me duele. Espero y deseo, una reacción fuerte y valiente para cerrar una etapa y abrir otra. Hay que tener un nuevo factor “H”, capaz de encabezar un equipo con la capacidad y empeño que pusieron los otros alcaldes. Y similar objetivo necesitamos para el Govern. Con este Govern, no vamos a ninguna parte. Hay que sintonizar capital y territorio, para iniciar una nueva etapa, radicalmente diferente de la que vivimos. La ocasión la tenemos en la esquina: 2023.





<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?