Tuesday, June 29, 2021

 

REPARAR DAÑOS - art. El Obrero digital

REPARAR DAÑOS CAUSADOS. He sido y soy ferviente partidario de la hoja de ruta marcada por el Presidente Sánchez, en relación a Cataluña. Creo sinceramente en la necesidad de gestos amplios y constantes para derribar los muros alzados por el independentismo. Nadie como los que vivimos y actuamos en zonas rurales, ha padecido los embates del proceso, con todo tipo de presiones, amenazas, directas o indirectas a propios y extraños. Han sido años muy duros, muy sacrificados, llenos de odio y denuncias. Pero, alguien tiene que dar el primer paso, y quien mejor lo puede hacer es el presidente del Gobierno, por cargo y por convicción. Las primeras muestras las hemos visto en los dos extremos. Tanto a nivel de derecha y extrema derecha, como a nivel del independentismo más radical. Todos han quedado encharcados por sus ataques a cualquier gesto de distensión y concordia. Dado el primer paso, toca seguir por el mismo camino. Reunión de los dos presidentes para departir sobre los retos de Cataluña y España. De forma conjunta y coordinada, como debe ser. Y luego, convocatoria de la mesa de diálogo, con un orden del día concreto y factible. Nada de engaños ni trucos, de cara a la galería. El reto es enorme y las dificultades inmensas porque la mediocridad impera en las filas independentistas. Este ha sido y es el principal de los problemas. Con otros líderes y otros cargos políticos, no se hubiera llegado nunca a los extremos en los que estuvimos y estamos. Si alguien revisa los principales hechos de los últimos 10 años, se da cuenta de hasta qué punto hemos estado en manos inexpertas. Impropias de cargos públicos. Pero, lo hecho, hecho está, y hay que iniciar una nueva etapa, dejando atrás una nueva demostración de impericia i falta de “seny”, similar a otras realizadas en otros momentos de nuestra historia contemporánea. Ahora hay que actuar con finura, si bien dejando claro que nada de lo ocurrido puede volver a suceder. Es impensable una repetición de la sesión del Parlament de los días 6 y 7 de septiembre de 2017. Tampoco es de recibo una nueva convocatoria unilateral para votar. Ni otras acciones institucionales que supongan romper con la legalidad catalana i/o española. A partir de aquí, recomponer puentes y facilitar salidas a demandas concretas y bien fundamentadas, como todo lo relacionado con mejoras en infraestructuras, equipamientos y servicios. Y por descontado, hay que ir a un nuevo sistema de financiación, con el cual se pueda cumplir el objetivo de la ordinalidad. Quien más aporte, más reciba, en proporción a su demografía y fiscalidad. De todas formas, tengamos claro que una auténtica distensión y normalización no llegará hasta pasados muchos años. Existe toda una generación de independentistas profundamente radicalizados que se opondrán a todos los gestos de aproximación, y son muchos los agraviados por el proceso a los que les costará muchísimo perdonar y normalizar relaciones, pero es evidente que el camino se hace al andar, y habrá que andar mucho para reconciliar posiciones. Se han roto muchas costuras, y sin cambiar algunos elementos clave, la recomposición será costosa y larga. Muy larga. Así están las cosas. Pero dicho lo dicho, los pasos dados van en la buena dirección.





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