Tuesday, June 15, 2021

 

EL ÚNICO ÉXITO DEL PROCÈS - art. El Obrero digital

EL ÚNICO” ÉXITO” DEL PROCÈS. Poco a poco se van conociendo todos los detalles de los preparativos, gastos, trayectoria y vicisitudes de los protagonistas del procès. Todo fueron engaños, suposiciones, improvisaciones, hasta extremos que bordean el ridículo más espantoso. Sobre todo, porque algunas acciones fueron llevadas a cabo por ex europarlamentarios que debían conocer mínimamente cómo funcionan los Estados. De todas formas, hoy quiero referirme al único “éxito” del procès que debe ser tenido en cuenta por lo que significa de daño general a las relaciones entre españoles. Hablo del odio a todo lo español. Para los independentistas más radicales, todo lo español debe ser ridiculizado, contrariado, desechado, ….En este ámbito sí ha habido avances preocupantes porque ha habido fallos garrafales por parte de dirigentes estatales, sobretodo en tiempos del PP. Ahora mismo, la recogida de firmas contra el indulto, por parte del PP, hace un daño tremendo a las relaciones entre todos los españoles porque es muy fácil de vender la idea de una recogida de firmas contra Cataluña. Así, en general. Lo mismo pasó cuando se recogieron firmas contra el Estatuto. Con acciones como ésta se dan argumentos a los que generalizan el comportamiento de unos pocos, con la de todos. Y de argumentos, los independentistas, los buscan y los encuentran ni que sea procedentes de siglos pasados. Además, si la historia no ayuda, se falsifica y ya está. Todo liga con lo que se quiere combatir. Todos los nacionalismos son supremacistas, y consideran a los otros como simples, atrasados, gandules, poco europeístas, etc. Es lo que vemos, días sí, día también en estos lares. Si además estas ideas tienen la ayuda de una televisión pública, repleta de independentistas, al final van calando en unos ámbitos que la tienen como suya y como única. La ridiculización de la España inventada, llega a extremos realmente increíbles. Se simplifica y se generalizan estereotipos propios de siglos atrás, o procedentes de literatura costumbrista, con expresiones claramente insultantes, impropias de personas leídas y viajadas. Pero, como en todos los fanatismos, el independentismo llega a limitar la capacidad de objetividad y estas simplificaciones al final tienen éxito. De aquí, la creencia de una Andalucía viviendo de las peonadas, subvenciones y del dinero que llega de regiones trabajadoras y ahorradoras. Lo que vale para Andalucía vale para Extremadura, las dos Castillas y si hace falta, añaden algunas regiones más. Todo lo suyo es trabajo y sacrificio, que va destinado a la buena vida del resto. Esta visión simplista, irreal, puede parecer ridícula, pero triunfa en muchos de estos círculos. De aquí constatar el daño real que ha causado en alejar el conocimiento y la realidad de una España que no existe. Solo en sus cabezas. Resulta interesante constatar el choque con la realidad cuando se producen viajes, visitas y estancias en otras regiones, y los fanáticos vuelven desarmados y tristes por haber encontrado una España, totalmente diferente a la imaginada. Nadie sabe el bien que hace el IMSERSO, en este proceso de encuentros con la realidad. Miles, decenas de miles de catalanes, contratan viajes por toda España, a pesar de las reticencias de muchos que comulgan con las ideas independentistas. Al final, los precios, el interés por estar unos días en Canarias, Andalucía, Galicia, Extremadura, pueden más que sus ideas, y a la vuelta, explican las maravillas de unas estancias, en lugares donde han sido muy bien acogidos, a pesar de ser catalanes, y los maravillosos paisajes, monumentos, gastronomía….y avances tecnológicos que han constatado. La realidad les impacta y descubren otra España, totalmente diferente a la que les han vendido. Y ya no digo si van a Madrid, centro de todos los males de España. Allí encuentran otra vida, otra realidad. Nada es como les parecía. La gente vive, deja vivir, y no están todo el día tramando contra Cataluña. ¡Qué decepción ¡ Pues sí, qué decepción tener que batallar contra el supremacismo de unos partidos independentistas que quieren demostrar la necesidad de marchar de España, para poder vivir en libertad y plenitud. A veces pienso que aparte del gran trabajo que supone el IMSERSO, se debería estudiar la creación de un plan Erasmus, dentro de España. Es decir, un sistema de becas para hacer cursos, másteres, o prácticas de un año en cualquier punto de España, moviendo a todos los estudiantes de un lugar a otro. Antes, la mili, favorecía el conocimiento de otras regiones y otras realidades, ahora lo deberían hacer los Institutos y las Universidades. No hay nada mejor para romper imágenes inventadas que conocer la realidad. Viajar, vivir y convivir con otras realidades permite acercar posiciones y desechar invenciones.





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