Thursday, October 08, 2020
GENERALIZAR PARA FALSEAR LA REALIDAD - art. El Obrero digital
GENERALIZAR PARA FALSEAR LA REALIDAD.
Cuando se toma la parte por el todo, nos alejamos de la realidad, hasta falsearla, en mayor o menor medida. Es lo que pasa en Cataluña, desde hace muchos años, pero muy especialmente en el último decenio, el del “procès “.
Un sector de la sociedad, numeroso pero nunca mayoritario, decidió iniciar un proceso separatista considerando que su deseo era el de todos. Con esta premisa, decidieron sustituir los símbolos oficiales, por otros de partido, utilizando edificios municipales, autonómicos, paisajes, monumentos, etc., para hacer patente que lo de todos, era suyo.
Así podemos encontrar banderas esteladas azules o rojas, en función del partido que ejerza el poder en un lugar o territorio determinado. La “senyera”, la bandera oficial de Cataluña, ha quedado arrinconada en muchísimos pueblos y ciudades, excepto en aquellos donde continúa imperando el sentido común y el sentido de la legalidad.
Lo mismo ha pasado con el retrato del Rey, y por supuesto con la bandera de España, ausente en buena parte de los edificios oficiales, excepto en aquellos donde el estado de derecho continúa indemne.
Otro día, expondré con mayor detalle los cambios operados a nivel simbólico y protocolario. Mi interés, hoy, es hacer patente la deriva generalizadora en temas de mayor enjundia como las recientes manifestaciones de miembros destacados del Consejo Ejecutivo de la Generalitat, y por supuesto, de dirigentes de ERC y Junts x Cat, en torno a las máximas instituciones del Estado.
En esta competición para ver quien es más independentista y más contrario a todas las instituciones, han declarado “Cataluña no tiene Rey “. O, el Tribunal Constitucional no es el nuestro, no nos representa ni lo consideramos legítimo para decidir. Tampoco consideran útil ni propio al Ejército, ni Guardia Civil, ni Policía Nacional. Y por supuesto a todo el estamento judicial que consideran dedicado a una acción de venganza contra todo el movimiento independentista.
Los partidos independentistas, viven en otra realidad, que quieren imponer al resto de los ciudadanos, haciendo uso abusivo de las instituciones del país. Tanto el gobierno de la Generalitat como el Parlament, no representan a la totalidad, porque son utilizados de forma sectaria y partidista.
Hemos tenido una muestra clara, motivo de la inhabilitación del presidente Torra, por el asunto de la desobediencia a la Junta Electoral Central, por utilizar el balcón del Palau de la Generalitat para poner pancartas partidistas, considerando que lo de todos es suyo, y si es suyo puede hacer lo que le plazca.
Lo mismo pasa con las últimas proclamas “los catalanes no tenemos Rey”. Generalizan una cuestión que simplemente es la suya, no la de todos. Estas ansias de hablar y decidir por todos, tienen en TV3, el altavoz perfecto. Un medio afín, dominado, controlado desde primera hora de la mañana hasta la noche profunda, emitiendo mensajes, informaciones y comparecencias de una parte, sin dar voz a todos.
Así vamos, así estamos, con la vista puesta en las próximas elecciones del 14 de febrero, en las que puede suceder algo difícil, pero no imposible. Un cambio de mayorías, capaz de generar un nuevo Consell Executiu que aporte el “seny “ perdido y el retorno al estado de derecho, en todas sus dimensiones.
A la espera de este resultado, que nadie dé crédito a las generalizaciones procedentes del ámbito independentista. Ellos pueden hablar por ellos, pero no por el resto que es la mayoría.
Joan Roma Cunill