Monday, June 16, 2025

 

¿QUIÉN GUARDA LA CASA ? - art. El Obrero digital

¿ QUIÉN GUARDA LA CASA? Es un error de manual, pero reiteradamente cometido, por todos los partidos de España, al menos por aquellos que han llegado al poder, que lleven al gobierno a sus primeras espadas, y dejen en muy segundo término, al partido. Una vez conseguido el objetivo perseguido, todo el mundo pretende demostrar lo que vale, y hacerse un hueco en la primera o segunda línea de mando. Nadie quiere optar por quedarse en zona de sombra, simplemente a guardar la casa. Y la casa es poco atractiva porque hay mucho trabajo, muchas críticas a la acción del gobierno, y pocas posibilidades de incidir en resolver las deficiencias que critican militantes, simpatizantes y votantes. Es claramente un trabajo poco atractivo, poco remunerado y sin ninguna brillantez a nivel exterior. Solo unos pocos aceptan este destino. Unos por sentimiento de partido, otros por mandato superior, guste o no. Pero queda claro que el paso de oposición, a gobierno, siempre supone una total sumisión del partido. Hago esta introducción para los no avezados a las actividades de cualquier partido y de cualquier ámbito del mismo, sea municipal, regional o nacional. El destino del partido es muy parecido en todas partes, excepto en unos pocos casos en los que se ha preservado su presencia y existencia. El modelo del PNB, es una excepción. El golpe al prestigio del PSOE, nos ha machacado a todos los que hemos estado o todavía estamos, al servicio del partido socialista, bajo unas siglas u otras. Da igual. Son 146 años de vida y actividad, poniendo por bandera la defensa de los más débiles, siempre bajo el signo de la honradez y la honestidad. ¿Pueden unos pocos echar por tierra toda esta trayectoria? En absoluto, la historia es la que es, y nunca se puede tomar la parte por el todo, pero evidentemente el daño es terrible. ¿Cómo puede haber pasado? Pues, siguiendo el principio descrito, mediante el cual, los más y mejor preparados y formados, pasan al gobierno, y quedan unos pocos al mando del partido. Y el partido pasa a ser un instrumento necesario e indispensable, pero siempre supeditado a lo que se decide en el gobierno. Se mantienen los órganos, consejos, secretarías y organismos elegidos, pero sensiblemente debilitados por compartir, muchos de sus miembros, otras responsabilidades que han pasado a ser más importantes y urgentes. Este “vaciamiento “de actividad, supervisión y control que opera, con plenas funciones, durante los años de oposición, queda mermado y debilitado en los años de gobierno. Esto es así, en todos los partidos, y así ha sucedido en el PSOE, de forma que quien está al mando, ya no es el presidente o secretario general, sino el secretario de organización que se encuentra como responsable del día a día, en todo y para todo. Es lógico que quien ocupe este cargo sea consciente de su responsabilidad, puesto que debe evitar roces, contradicciones y obstáculos a la acción de gobernar que pasa a primer lugar. ¿Puede actuar al margen de su jefe superior? Quien sea leal, honrado y honesto, no, pero si no lo es, tiene inmensas posibilidades de actuar al margen del partido y de la confianza asumida. ¿Es fácil detectar esta vida “fuera del partido”?. No, hasta que algo o alguien lo detecte y lo exponga al exterior. Es así como asistimos, en vivo y en directo, a un cúmulo de actuaciones, nunca vistas ni nunca imaginadas, sobre todo después de otras acciones, protagonizadas por el anterior secretario de organización y al mismo tiempo Ministro del Gobierno. Impensable acumulación de desgracias, a las que hay que poner remedio para que nunca más, similares actuaciones puedan volver a suceder. El daño es terrible porque tenemos decenas de miles de militantes, centenares de miles de simpatizantes y millones de votantes. Todos sentimos rabia interna y vergüenza propia, ante semejantes actuaciones, más propia de delincuentes de bajos fondos que de militantes del partido. Ninguno de nosotros se reconoce, ya no en sus acciones, es que ni en ninguno de los comentarios y charlas soeces, malsonantes y desgraciadas. La reacción debe estar a la altura, para hacer justicia y al mismo tiempo recuperar el prestigio y respeto perdidos. Si miramos atrás, veremos toda una historia de progreso y defensa de los más desfavorecidos y no les podemos fallar. Hay que volver al sitio de partida y no dudo en que entre todos lo conseguiremos. Y dicho esto, si los destrozos han sido grandes y profundos, no esperábamos que alguien como Núñez Feijóo fuera capaz de querer salir como gran defensor de la pulcritud y la honradez, cuando preside, sin duda alguna, el partido más corrupto de la historia de España. Pero es que además vuelve a mostrar su enorme cobardía cuando no se atreve a presentar una moción de censura. Ahora y aquí, el principal partido de la oposición debería exigir no solo explicaciones al presidente del gobierno, sino ponerlo ante la tesitura de defender su plan de futuro, en contra del plan de futuro del PP. ¿Cómo es posible que ni tan solo se lo plantee? ¿Tiene miedo a perderla? ¿Tiene miedo a ser vencido por Pedro Sánchez, y así reforzarlo? ¿Es que no tiene programa ni alternativa? Que cada uno cumpla con su obligación. A Pedro Sánchez pertoca asumir responsabilidades, dar explicaciones, remodelar los órganos del partido, encontrar quien sea capaz de llevar las riendas diarias y recuperar la confianza perdida. Pero si Núñez Feijóo no da el paso de presentar una moción de censura, queda inhabilitado definitivamente para ser alternativa. Que cada palo aguante su vela.





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